25 sep 2017 . Actualizado a las 07:20 h.

Por fin. Por fin la ficción ancla sus pies en la tierra. Y entiende que también hay que contarlo.. Que ya es hora de contarlo. Que hace tantísima falta contarlo ahora, en estos días convulsos, en estas semanas de bandos. En estos años de incomprensión. Es hora de narrarlo. De contar en qué consiste ese silencio. El silencio incómodo en el bar. En las calles. Los fines de semana. A la puerta del trabajo. Que todos tenemos que entender qué es la falta de diálogo. Las miradas preñadas de odio. El desprecio. El no poder. El no querer entenderse. Y no podría haber mejor momento que este para anunciar que sí. Que se han atrevido. Y que van a hacer una serie. Que van a relatarlo. El daño que hace escribir la vida solo con buenos y malos. Y que lo cotidiano lo pinte Caravaggio. Que cada detalle de cada minuto de cada día sean solo luces y sombras. Blancos y negros. Héroes y villanos. Se atreven a contarlo. Que todos tenemos Patria. Que la Patria no es patrimonio de unos cuantos. Que a lo mejor, si dibujamos los matices, los medios tonos, los pormenores y sobre todo en el diálogo, a lo mejor todo este proceso nos lo habríamos ahorrado. Que Bittori, que Joxe Mari, que la Miren y que el Txato nos repitan a través de imágenes lo que han escrito en la novela del año: que la sordera es la que nos ha estado robando. Que nos ha quitado tanto y lo ha hecho durante tantos años. Y que ya basta. Basta ya de hacernos daño.