Pulso a la ley

OPINIÓN

02 nov 2017 . Actualizado a las 21:04 h.

Ayer vimos por primera vez en nuestra Democracia como todo un ejecutivo autonómico (salvo los que se ausentaron, entre otros Carles Puigdemont) con funciones de Gobierno hasta hace una semana ingresaban en prisión acusados de rebelión, sedición y malversación. Estas ocho personas encarceladas, según recoge el auto de la jueza de la Audiencia Nacional Carmen Lamela, tienen un alto riesgo de reiteración delictiva, de destrucción de pruebas y de fuga. Ello le ha llevado a dictar prisión incondicional y sin fianza para todo ellos, a excepción de Santi Vila, que cuando consiga reunir 50.000 euros podrá recobrar la libertad.

Las decisiones que toman los tribunales no tienen por qué ser agradables para todos. Se entiende que en Cataluña estuvieron al frente del Govern una serie de personas que incumplieron la ley y, en ese pulso, el Estado de Derecho tiene que responder con los mecanismos que tiene a su disposición para restablecer la legalidad. No se les avisó ni una ni dos veces. Fueron muchas más las ocasiones y, en una huida hacia adelante, decidieron tirarse al precipicio. Mintieron a sus electores con una Republica independiente de España que no se ha dado, paralizaron la comunidad autónoma provocando la fuga de sedes sociales de empresas, incrementaron el nacionalismo español que tanto detestamos muchos ciudadanos que queremos un nuevo país, pusieron en riesgo a los funcionarios que no sabían a quién debían obedecer y no fueron ni valientes a la hora de votar la DUI al hacerlo de manera secreta en el Parlament. Todo lo que pudiera de tener de romanticismo la independencia, la libertad, el maidán que intentaron copiar hasta en los vídeos, ha terminado en algo cutre, sin sentido y dejando constancia fuera de nuestras fronteras que por mucho que Puigdemont intente internacionalizar este tema no lo va a conseguir, porque ningún país del mundo va a prestar apoyo a esta tomadura de pelo.

De aquí al 21 de diciembre está claro que unos y otros deben saber cómo relatar lo que está sucediendo de cara a animar a sus votantes. Vamos a tener unas elecciones muy influenciadas por todo: el 155, la DUI, los mal llamados (bajo mi punto de vista) ‘presos políticos’, la incertidumbre de Puigdemont y su presencia en Bélgica y el referéndum ilegal del 1 de octubre son algunos de ellos. Lo peor que pueden hacer los que juegan a la ambigüedad, como Ada Colau y Pablo Iglesias, es estar en el medio de la nada sin mojarse y respetar las decisiones judiciales. Lo más deseable es que los catalanes puedan recuperar su autogobierno cuanto antes y que el cumplimiento de la ley esté por encima de cualquier intento de saltársela a la torera.