La cara B

Tamara Montero
Tamara Montero CUATRO VERDADES

OPINIÓN

06 nov 2017 . Actualizado a las 09:03 h.

Si habla, todos callan. Aunque nadie quiere oírlo. Aparece ahí, en medio del pasillo. Se le asoma una sonrisa que nunca acaba de aparecer. Mira fijamente. Y habla. Y sus palabras cortan como cuchillas. Encaja las piezas del puzle poco a poco. Se lo toma con calma, porque tiene todo el tiempo del mundo. ¿A dónde va a ir a ahora? Y va obligando, uno a uno, a mirarse. Por primera vez, a mirarse de verdad. Con los ojos bien abiertos. Sintiendo cada pinchazo de dolor. Y oler la podredumbre que cada uno lleva dentro. Y tocar los escombros. Sentir las aristas entre los dedos, notar como se abre la carne poco a poco recordando que si no hubiese sido tan egoísta, quizás nunca habríamos llegado hasta aquí. Quizás las cosas habrían sido diferentes. Y su madre no estaría mirando a través de la ventana de su cuarto, pintándose la uña del dedo meñique de color azul. Y duele tanto que tienes que pulsar el botón de pausa cada poco. Y piensas en el stop. En pararlo para siempre, olvidarte, no pensar nunca que todos lo habéis hecho. Que no hay inocentes. Pero él te mira. Apoyado en el capó de su coche rojo. Y no puedes parar. Porque en el fondo, necesitas verlo. Ver cómo se engarza un pequeño acto de crueldad tras otro, cómo crece en intensidad. Cómo se le borra esa sonrisa de su cara. Y no vuelve a aparecer. Y saber qué papel jugaste. Las trece razones. La cara B. ¿Estás listo? Bienvenido a tu cinta.