Si queréis que Puigdemont acabe en prisión, votadle

Tomás García Morán
Tomás García Morán CUADERNO ELECTORAL

OPINIÓN

Toni Albir | Efe

11 dic 2017 . Actualizado a las 08:55 h.

La frase más ingeniosa en lo que va de campaña no la ha dicho ningún político, sino un abogado: «Si queréis que Puigdemont acabe en prisión, votadle». Y no se trata de un abogado cualquiera, sino de Jaume Alonso-Cuevillas, letrado del presidente fugado. La frase, pronunciada en la tertulia Tarda Oberta de TV3, ilustra el rocambolesco escenario en el que se ha situado el mundo convergente desde que el juez Llarena ha retirado la orden europea de extradición.

Porque la apuesta vuelve a ser la de siempre: el Estado español no se va a atrever a encarcelar a un president que acaba de ser elegido por su pueblo. Es una letanía que viene de lejos: el Estado español no se atreverá a retirar las urnas, no se atreverá a aplicar el 155, no se atreverá enviar a prisión a todo un Gobierno… Y si se atreve, Europa no lo consentirá.

El politólogo indepe Bernat Dedèu no acaba de comprar el argumentario convergente. Según explica en un artículo en Elnacional.cat, «la idea del president tiene parte de lógica, ya que solo tendrá la fuerza para volver si gana. Pero es arriesgada [...]. No creo que la imagen de un molt honorable entre rejas, por mucho que se le vuelva a escoger, ablande los corazones del alto funcionariado europeo [...]. Honestamente, he escuchado cuentos de hadas mucho más verosímiles».

Lo cierto es que el cuento de hadas le está funcionando a Puigdemont. Las encuestas publicadas ayer vuelven a situar al PxCat cerca de un empate en la cabeza con ERC y Ciudadanos. Todo lo ocurrido en octubre y noviembre apenas parece hacer mella en el bloque secesionista. Y menos aún en el de la marca heredera de Convergència.

Las causas la explicaba ayer en La Vanguardia Enric Juliana: «Muchísima gente soberanista sabe que las cosas no se han hecho bien, pero en este momento prima la movilización, no quieren verse humillados». Y lo ilustra con el comentario hecho por un amigo indepe: «Es posible que hayamos cometido un disparate, pero es nuestro disparate. Ahora lo importante es que todo el mundo vaya a votar, porque nos querrán laminar».

ERC mientras tanto lucha como puede contra el relato de Puigdemont. Ayer debutó en campaña Carme Forcadell, que en un mitin en Badalona reclamó para Esquerra «el voto útil para parar a Ciudadanos», y se guardó muy mucho de no mencionar en su intervención la palabra independencia, no fuera a ser que la estuviera oyendo Llarena.

Pero la cita más importante en la formación republicana se produjo en la cárcel de Estremera, a la que regresó el exconsejero de Justicia Carles Mundó, en este caso para visitar a Oriol Junqueras. Mundó es el Santi Vila de ERC. Fue el otro consejero que manifestó su oposición a la declaración de independencia y le pidió a Puigdemont que convocara elecciones. Pero a diferencia de Vila, su discrepancia fue de puertas adentro, y por eso ahora puede ser una figura clave. La de ayer, sin duda, no fue únicamente la visita de un excompañero de celda. Merece la pena seguir sus movimientos a partir de hoy, tras pasar por el confesionario de Junqueras.