Un puñado de votos

María Xosé Porteiro
María Xosé Porteiro HABITACIÓN PROPIA

OPINIÓN

22 dic 2017 . Actualizado a las 07:17 h.

Inés Arrimadas es una ganadora indiscutible de la noche electoral catalana, que se hace espectacular si se tiene en cuenta que hace solo cinco años iba de número cuatro en la lista de Barcelona y que estas son sus terceras elecciones. Duplica a Miquel Iceta, multiplica por nueve los escaños de Xavier García Albiol, adelanta a Oriol Junqueras y Carles Puigdemont... Además, en lo personal, se ha dado a conocer en toda España como una política fuerte, convencida, convincente y con un liderazgo innegable. Pero la situación poselectoral en Cataluña no da salida al conflicto que llevó a la aplicación del artículo 155. La acendrada costumbre del presidente español de dejar que los problemas maduren hasta su pudrición puede tener algo que ver con este resultado. El descalabro de su partido, que obtiene poco más de un puñado de votos y se va con la CUP al grupo mixto, merecen una reflexión profunda en el seno del PP y del gobierno de España, porque parece difícil conseguir un efecto peor para sus intereses. A saber: reforzamiento del independentismo pese a tener un candidato de vacaciones en Bruselas -que ni siquiera se dignó emitir su propio voto- y otro en la cárcel de Estremera; subida -pequeña, pero que frena su caída- de los socialistas del PSC; y, lo que peor lectura interna pueda tener; subida espectacular de Ciudadanos -sus herederos ideológicos de nueva generación- que consiguen ser el partido más votado aunque no estén en condiciones de gobernar.

Mariano Rajoy y su estrategia son los grandes perdedores. La cabeza de García Albiol podrá ser cortada como la del Bautista, o no. Pero eso ya es irrelevante. Todo el mundo sabe que la vicepresidenta ha salido tocada por su inútil mediación con el nacionalismo catalán que le encargó su jefe de filas. El sacrificio de Alicia Sánchez Camacho resultó ser a cambio de nada y ni siquiera el discurso del Rey ha servido para reforzar a un gobierno en minoría en el Congreso de los Diputados.

Después de los resultados de Cataluña es casi seguro que los presupuestos del gobierno español no tendrán el apoyo vasco y el de Ciudadanos saldrá más caro que en los anteriores. Las relaciones con el partido socialista dependerán de donde esté situado el tiovivo que las caracteriza y si sigue el malestar de Sánchez por la tomadura de pelo que le ha hecho Rajoy con el acuerdo para impulsar la reforma constitucional, probablemente se agríen cada vez más.

 La inestabilidad política, económica y social es algo más que una hipótesis inmediata y no parece descabellado vislumbrar nuevas elecciones en España.