Sigue en el atolladero

Carlos Agulló Leal
Carlos Agulló EL CHAFLÁN

OPINIÓN

22 dic 2017 . Actualizado a las 07:17 h.

La pregunta es: ¿Y ahora qué? Los resultados de ayer vienen a confirmar que el viaje a la imposible arcadia independiente que emprendió la vieja CiU -una disparatada huida para ocultar sus fiascos de gestión y los problemas judiciales de algunos de sus dirigentes- no traería ningún bien al pueblo catalán. Los resultados de las elecciones, con el electorado alentado como nunca, han traído cambios significativos, pero no sucedió nada sustancial en el escenario que permita pensar, al menos a estas horas, que la endiablada situación creada por el desafío secesionista vaya a dar un vuelco. En definitiva, Cataluña sigue en el atolladero.

El bloque independentista mantiene esa mayoría parlamentaria sin mayoría de voto popular que le ha dado alas para emprender, con el indispensable cambio táctico del partido de Pujol, Mas y Puigdemont. ¿Animan los resultados a pensar en un cambio de rumbo de quienes hicieron la campaña insistiendo en la falacia de hacer creer a sus votantes que la independencia unilateral es posible, que los comicios se celebraban en un clima hostil y con riesgo de pucherazo? Quienes eso han hecho quizás empiecen a modular el mensaje una vez pasado el fragor de la campaña y apremiados por quienes siguen en prisión; tal vez valoren con algo más de realismo que los mecanismos constitucionales son implacables, y si acaso asumirán que un resultado que vuelve a ser tan ajustado y con un vencedor no nacionalista es inviable proclamar la república independiente.

Puede que algo de eso suceda si nos colocamos en un escenario optimista. Puede que la antigua CiU, que debe decidir si es suyo el rédito de la astracanada del Puigdemont prófugo, inicie un día el camino de vuelta hacia un partido con vocación de ser clave para la construcción de un estado descentralizado. Puede que facilite las cosas el retroceso de las CUP, encargadas de echar gasolina al incendio. Puede que el casi épico avance de Ciudadanos no empuje al descalabrado PP a pagar peajes que acabaríamos abonando otros. Puede ser, pero en un escenario muy optimista. No descarte otra vuelta en el bucle. Y nuevas elecciones.