«Fakes» y barra libre de odio

César Rodríguez Pérez
César Rodríguez JUEGO DE TRONOS

OPINIÓN

16 feb 2018 . Actualizado a las 12:14 h.

Son 9.500 millones. La cifra tal cual, desnuda, asusta. Con contexto, que casi siempre es el rey en el mundo en el que vivimos, aterra, estremece, conmociona incluso a megacorporaciones como Facebook y Google. Porque es el presupuesto que maneja el gigante Unilever en campañas de publicidad para sus grandes marcas (¿les suenan nombres como Dove, Axe o Lipton?). Gran parte de ese dinero, unos 2.400 millones de dólares, se invierte en anuncios en línea. O se invertía hasta ahora.

La compañía ha pintado una enorme línea roja ante los morros de los reyes del social media: o mueven el culo y hacen algo para dejar de ser autopistas para las fake news, el racismo, el sexismo, los discursos extremos y la propaganda política de organizaciones terroristas (accesible incluso para niños) o la gallina dejará de poner huevos de oro.

 La amenaza va en serio. Se acabó propiciar la división social y la erosión de las democracias. Unilever ya ha entablado negociaciones con Facebook, Google, Twitter, Amazon o Snapchat. No necesita hacerlo con la mayoría de los medios tradicionales. Los que siempre han entendido que hay que ser responsables, que no todo vale y que, a largo plazo, no se va a ningún lado con un modelo basado en miras estrechas y barra libre de odio.