Lo mejor del estreno del talent Maestros de la costura es la figura mediática en que se ha convertido Lorenzo Caprile. Y eso que el diseñador ha dicho por activa y por pasiva que a él el mundo de la televisión no le atrae especialmente. Casi mejor, porque Caprile es la superstar de este nuevo espacio de TVE, el referente del jurado y la persona que en verdad le está dando el punch al programa. Ese golpe de efecto, al estilo Risto (salvando las distancias), que ha conseguido darle el modisto a cada una de sus intervenciones, ha calado en el público con la tensión necesaria para un espacio así. Caprile se ha aupado como el gran showman sin perder en ningún momento el dominio de su oficio hasta el punto de que se ha erigido en el auténtico referente a la hora de coger la aguja y dedal. Porque si hay algo que se desprende de todas sus indicaciones es que, por encima de todo, Caprile quiere darle a su profesión el valor del esfuerzo, en un homenaje sincero a quienes se dedican con esmero a hacer cortes al bies, dobladillos, bastillas, tablas, godés, volantes, sisas o canesús. Se ve que Caprile no está interesado en la fast fashion ni en la parte más glamurosa de flashes o influencers, ni siquiera en los diseños creativos sin la armadura de una buena confección. Por todo ello Caprile se ha hecho desde el primer minuto con el programa y nos ha convencido que él es en plató el gran maestro de la costura.