Que la tierra acaricie a quien la civilizó

OPINIÓN

21 feb 2018 . Actualizado a las 08:02 h.

Acabo de enterarme y al paso recordé mis conversaciones con él. Atento, presente, delicioso y yo diria que sensual. Algo habia en él de sustancia zen, sin quererlo, sin imaginarlo, sin siquiera atender a esa presencia activa y lúcida que siempre llevaba puesta. Tolerante sin nosotros suponerlo, tierno y generoso. Desobediente, cigarrillo en mano, matemático y filosófico, austero disciplinado y prolífico.

Cuando viajé a Astudillo, a principios de los años 80, llevaba en mis bolsillos un visor de mano y tres diapositivas malas de sus primeros cuadros. Sabía que en un pedazo de su terruño encontraría el lienzo que tenazmente habia arado con óleo magro. No creia en Dios, pero yo, a veces, suponía que tan solo rivalizaba con el, cuando en uno de esos 7 dias, la tierra se manifestó civilizada entre sus manos. Que esa misma tierra lo acaricie para siempre.