«The real (S)pain of Europe»

Xosé Luis Barreiro Rivas
Xosé Luis Barreiro Rivas A TORRE VIXÍA

OPINIÓN

LLUIS GENE | afp

22 feb 2018 . Actualizado a las 07:31 h.

Un yuppie holandés, cuya lucidez le ha llevado a vivir en España desde hace más de 17 años, acaba de publicar un libro, lleno de tópicos y estupideces, en el que deja ver que nuestro país es una calamidad y un fraude, que solo destacamos en diversión y en siesta, y que el principal peligro para el futuro de la Unión Europea no son ni los ingleses, que andan en el brexit, ni los holandeses, que hicieron zozobrar -por pura xenofobia- la Constitución para Europa, ni Polonia y la República Checa, que coquetean con la regresión a sus respectivas dictaduras. El peligro es esta España que mora en Babia, que no está a la altura ética de los nazis, los corsarios, los negreros, la mafia siciliana, los sobornos de la Lockheed y la banca suiza. El problema somos los españoles, que no tenemos cultura financiera; que no asumimos responsabilidades; que no somos emprendedores ni nos adaptamos a los cambios; que somos cortoplacistas e improvisadores; y que solo tenemos empresas sin valor y unos servicios públicos que, como la sanidad o el sistema de pensiones, son tercermundistas.

A este lince no le extraña que seamos el país que más crece, que nuestras exportaciones -incluidas las tecnológicas e industriales- estén dando la campanada, que nos visiten más de noventa millones de turistas extranjeros; que seamos, entre los países de mediana o gran entidad del planeta, el más seguro del mundo; que estemos a la cabeza del patrimonio mundial material, inmaterial y mediopensionista; que tengamos la mayor esperanza de vida y las mayores tasas de bienestar, que les ganemos en todos los deportes, que editemos veinte veces más libros que ellos y otras minucias así. Porque él sabe que todo eso sucede por casualidad y que la miseria -que es nuestra forma de ser- yace, a buen seguro, escondida debajo de las alfombras palaciegas. El holandés errante, este, sabe que el esplendor y la miseria son las dos caras de una misma historia. Y por eso nos hizo el favor de poner en un tocho enorme nuestros pecados, para redimirnos -con su ética- y darnos ejemplo de vida -emigrando muy pronto de su glorioso país-.

Pero no seré yo quien le llame tonto a Vincent R. Werner, sino todo lo contrario. Porque fue el primero en percatarse de que España es el único país capaz de convertir en un bestseller un libro infame que nos desprecia. Él sabe que nosotros estamos de acuerdo en que somos sinvergüenzas, corruptos y vagos, y que nos gusta que estas impresiones, que nacen de nuestra pobreza moral, sean corroboradas por sabios holandeses que nos conocen y nos quieren como la madre que nos parió. Vincent sabe que tendrá en España miles de lectores y millones de citas y que seguramente se va a forrar a nuestra costa. Por eso pido el premio Cervantes para este astuto investigador, porque, en un último alarde de inteligencia, no escribió su libro en castellano, lengua de pobres, sino en ese inglés de Shakespeare que aún nos puede rescatar. ¡Viva Holanda! ¡Abajo España!