Al fin, un pastor

Fernanda Tabarés
Fernanda Tabarés OTRAS LETRAS

OPINIÓN

Ballesteros | Efe

11 mar 2018 . Actualizado a las 09:37 h.

En una nueva muestra del estupor que los habita, el PP anuncia un plan para la mujer semanas después de cocinar a fuego lento su torpe desprecio por la huelga de mujeres del jueves. Resultó increíble escuchar a una ministra balbucear que ser feminista es una etiqueta anacrónica pero esta conversión dolosa de última hora, incluido el lazo violeta de Rajoy, atufa a oportunismo y confirma que el PP vive noqueado en su victoria. ¿En qué lugar estaríamos si los populares hubiesen impuesto su doctrina social a los españoles? Bebe el PP del mismo partido que se opuso a la ley del divorcio de Fernández Ordóñez. Dijeron que no aunque la reticencia enseguida dio paso a la algarabía del converso, tal y como describió Alfonso Guerra cuando les dijo: «Señores, lo de divorciarse no era obligatorio». Fue también el PP el que arrojó al Constitucional el matrimonio igualitario con el que España se adelantó a la normalización imparable de estas uniones. Varones del partido desposaban a sus hombres en los ayuntamientos mientras su censura a la ley avanzaba imparable por los juzgados. Si hubiese triunfado su condena, muchos dirigentes gais del PP habrían vivido refocilados no solo en el pecado si no en la ilegalidad. Todo muy loco. Por el PP, ni la ley del aborto de González ni la de Zapatero se hubiesen aprobado. Contra esta última se lanzaron a las calles que el jueves evitaron, a pesar de que la norma introducía plazos civilizados en un texto, el primero, que durante años obligó a mujeres y médicos a mentir sobre los motivos de un aborto y a inventar desarreglos psicológicos para abordarlos. Por no hablar de la propuesta de Gallardón; ay Gallardón... Menos mal que mientras el PP manotea, Albert Rivera se nos ofrece para liderarnos. Al fin un pastor.