Buscando la piedra filosofal

Fernando Ónega
Fernando Ónega DESDE LA CORTE

OPINIÓN

29 mar 2018 . Actualizado a las 08:27 h.

Un día de estos, los políticos catalanes van, aciertan y tienen un gobierno. Cosas más difíciles se han visto, aunque no lo parezca. De momento, están en la tormenta de ideas. Vayan ustedes echando cuentas: Miquel Iceta, el socialista, propuso un gobierno de concentración; Xavier Domènech, de los Comunes, se soltó ayer con un gobierno de independientes; Ada Colau, jefa de los mismos Comunes, se ofrece a que hagan tándem su partido y Esquerra Republicana; anda por ahí la idea de un tripartito de izquierda, y los independentistas, ya saben ustedes: quieren un gabinete que por una parte les traiga la república y por otra qué quieren que les cuente… Por eso digo que un día de estos tocan la tecla adecuada y aciertan. Sería como el hallazgo de la piedra filosofal.

Pero algo me indica que la tecla adecuada no está al alcance de su inteligencia. Miren que se lo dice Rajoy: pongan un presidente que no tenga cuentas pendientes con la Justicia, por muy independentista que sea. Y ellos, empeñados en demostrar que el soberanista catalán es el único político que tropieza diez veces en la misma piedra, y la piedra se llama Puigdemont. ¡Dios mío, cuánto lo quieren, cuánto lo desean, cuánto le tienen que deber! Antes muertos que condenarlo al ostracismo. Antes el ridículo que hacerle llegar a Alemania el mensaje de que prescinden de él. Y así, lo proponen como president, lo retiran para dejar paso a otros presos que tampoco pueden ser, pero los propone Puigdemont, y ¡zas! lo vuelven a proponer en una solemne proclamación parlamentaria de su derecho a presidir la Generalitat, aunque sea desde una cárcel de Alemania. Todo por contentar a la CUP, pero quien no conozca bien el estado de locura en que vive una parte de la política catalana, pensará que Puigdemont es una especie de divinidad sin cuyo manto protector Cataluña no puede vivir.

Y a todo esto, no os perdáis el discurso que acompaña al ceremonial. Es un discurso con tantas mentiras que no se entiende que tenga tantos seguidores. En este capítulo de busca de govern, Puigdemont no es ya presidente porque el intrépido Rajoy no respeta el resultado de las elecciones regionales. Se lo decía en el Parlament la diputada de Junts per Catalunya, Marta Madrenas, a Inés Arrimadas: «Ciudadanos pretende que bajemos la cabeza y aceptemos el candidato que propone el señor Rajoy». ¿Ah, sí? ¿Tiene un candidato Rajoy? El bueno del presidente español, que lo único que espera es poder levantar el 155 y que los vascos le apoyen los Presupuestos, tiene que escuchar cómo le reprochan que tenga un candidato tapado. Dentro de nada tendrá que oír que usa poderes ocultos para que los independentistas no encuentren un candidato en sus filas…