Los mudos intelectuales

OPINIÓN

19 abr 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Universidad Rey Juan Carlos I, por lo que afecta a Ana y en síntesis:

1. La Universidad Rey Juan Carlos se crea siendo presidente de la Autonomía de Madrid Ruiz Gallardón. 

2. Universidad pública mal financiada. Tienen que recurrir a promoción de un número elevado de masters.

3. Estos, a veces, manipulan y/o obligan a los profesores en tribunal de evaluación de los mismos a guardar silencio: Mucho plagio.

4.- Universidad de mudos. 

5.- Miedo tanto entre alumnos como de profesores a hablar.

6.- Universidad excesivamente politizada: «nido» del PP de Madrid.

7. Segunda universidad pública de Madrid en número de alumnos y profesores.

8.- Cifuentes intenta desprestigiarla «lavándose» las manos y mandando a los tribunales a la Institución Pública.

 Esto es más o menos la estructura en que se sustenta esta joven universidad, cuyo plato roto, van a pagar las familias humildes por la «inversión que han hecho en sus hijos. Y los hijos, después de tanto esfuerzo, ver desprestigiado su máster

 PD. La «mini crisis» provocada por la Señora Cifuentes, puede venir bien a esta universidad, en concreto, y a la española, en general.

Este era, ni más ni menos, el esquema resumen que remití a unos amigos cuya hija, Ana, cursa segundo de carrera en esa Universidad, tras oír en la Ser en el programa de 9 a 10 de la mañana del lunes 9 de abril de 2018. Programa en el que hablaron cuatro profesores y tres alumnos con nombres y apellidos de dicha universidad.

Por fin, se ha roto el silencio. Los mudos intelectuales también hablan. En este caso siete valientes han dado el paso al frente.

Este es un ejercicio con momentos para callar (vivir el silencio); pero la mudez no nos lleva a ningún sitio: hay que, de una vez por todas, ser honestos, responsables y mudos que rompen el silencio para denunciar las injusticias y hacer valer que el dinero y las instituciones públicas son de todos. Que gracias a nuestros impuestos, fruto de nuestro trabajo, hemos llegado a ese Estado del bienestar que cada día se deteriora más y que están algunos gobernantes contribuyendo a borrarlo definitivamente del mapa de la Democracia.

Por fin, se ha roto el silencio. Los mudos, en este caso, los intelectuales, también hablan.

¿Podremos decirlo pronto de otros políticos que den el paso y hagan ejercicio tan sano?