Barbie Podemos

Fernanda Tabarés
Fernanda Tabarés OTRAS LETRAS

OPINIÓN

ALFREDO ESTRELLA | AFP

22 abr 2018 . Actualizado a las 08:43 h.

En las tiendas de suvenirs de Manhattan la camiseta más disputada llegó a ser la de la silueta del Che que había fotografiado Korda, aunque el retratista cubano apenas recibió unas migajas del descomunal negocio que generó su obra. Estos días la lista de los más vendidos la encabezan los nikis con mensajes feministas, adaptados al low cost desde que en un desfile Dior presentó su «We should all be feminists» («Todos deberíamos ser feministas»), sencillas camisetas de algodón que la maison colocó en el mercado a 500 pavos la unidad. El capital no se anda con menudencias ideológicas y lo mismo tritura a un icono socialista frente a Wall Street que al feminismo en un desfile de tías en pelotas.Ayer, la heredera de Frida Kahlo zanjó las pretensiones de Mattel. La multinacional del juguete había lanzado al mercado una Barbie con su entrecejo y sus trenzas anudadas en un afán chusco por resquebrajar el mensaje que la oxigenada y anoréxica muñeca lleva lanzando al mundo desde su creación. La Barbie Frida iba a formar parte de una colección de muñecas destinadas a inspirar, pero la sobrina nieta de la artista se cheiró que el homenaje era un pelín oportunista y que la versión podía ser un insulto a la memoria de Frida Kahlo Pata de Palo, el cariñoso apodo con el que los queridos amiguitos de la pintora la insultaban de niña cuando contrajo la polio. El poder identifica muy bien dónde se cuece el bacalao y en este abril del 2018 todo lo que zumbe a feminismo mola mazo. Así se explica la desconcertante imagen que ayer compusieron tres dirigentes de Podemos que comparecieron ante un cartel morado en el que se leía «Nosotras», aunque ni rastro de señora había por el escenario. Pablo, Iñigo, Ramón, queridos, o tenéis un morro infinito o hay algo que no nos habéis contado.