Un gol para la historia

OPINIÓN

03 may 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El movimiento sigue vivo. La sentencia de la justicia Navarra sobre La Manada, no ha dejado indiferente a nadie. Ese mismo día por la tarde en todas las ciudades españolas las manifestaciones se hacían oír y ver. Las «banderas» eran enarboladas preferentemente por mujeres. Pero también jóvenes y no tanto del otro sexo se unían al evento.

Ayer, 28 de abril, los periódicos recogían en primera página titulares como éste: «El Gobierno revisará los delitos sexuales ante el clamor contra la Manada».

Enlazo con algo no lejano en el tiempo: El día 8 de marzo, se celebró en todo el mundo el día internacional de la mujer.

En todas la ciudades de Europa y, preferentemente en las españolas los colores morados dominaban las plazas y lugares de encuentro donde las protagonistas del día se dejaron ver.

Negar la evidencia, es una resupina cretinidad. O, en otras palabras, no admitir que el movimiento feminista está con la brújula bien orientada y que el punto de mira tiene bien claro el objetivo.

El paro fue sorprendente. Se habló de cifras millonarias y el número de manifestaciones en todas las ciudades españolas fue un claro signo afirmativo.

Los medios de comunicación escrito llenaron hojas y más hojas en estos momentos de vacas flacas. La radio y la televisión se volcaron las 24 horas del día en informar, difundir, comentar, valorar …«Un gol para la historia», tal vez sea el titular más elocuente y significativo que puso el acento sobre la celebración.

Yo, no soy quién para meterme donde no me llaman. Y, menos para corregir a un profesional del periodismo.

Sólo me atrevo a dar mi opinión personal y de implicación directa en este tema.

En primer lugar: El movimiento feminista ya tiene un largo recorrido y unos logros significativos tanto desde el punto de vista legal como del práctico y operativo.

En segundo lugar: Hay que dar más pasos adelante. La educación ha jugado y debe jugar un papel destacado en apoyo a este movimiento imparable. En los años 80 del pasado siglo se introduce en el curriculum una materia transversal: «La coeducación». El que escribe y muchos profesionales más del mundo educativo colaboramos activamente en ese programa asistiendo a cursos y elaborando materiales didácticos dirigidos a este empeño del movimiento feminista.

Además, tuve una «feliz» idea que en el día de después usaban prácticamente todas las «informadoras y/u opinantes»: La presencia de la mujer en cifras proporcionales en la vida social y, sobre todo, en los puestos de más alto poder.

Uno de mis sencillos trabajos, se titulaba: «La discriminación en los medios informativos». Una ejemplificación: «Día internacional de la mujer» (marzo del 92).

Un segundo trabajo, se centraba en: «Mujer y Literatura a través de la prensa».

Y un tercero: «La presencia de la mujer en la prensa escrita”. Los datos eran escalofriantes: en el centenar de diarios que a principios de los 90 se editaban en España, no había ninguna directora. Tan sólo había una subdirectora o directora adjunta en El País. En secciones como economía y deportes estaba copada casi en exclusiva por el género masculino.

Estas son tres muestras de mi experiencia personal…

Más, no quiero terminar esta valoración de «Un gol para la historia», sin hacer referencia a la realidad socio-cultural del mundo occidental. Me refiero al peso que han tenido y siguen teniendo las religiones monoteístas: Judaísmo, Cristianismo y El Islam.

Su pensamiento, ideología y fuentes han sido llevados a cabo  por hombres y se estructura su puesta en marcha, sobre todo en los «cargos» dirigentes por hombres. Son, pues, de un signo marcadamente machista. Todo ello incide en la familia, en la educación y en la sociedad en general. «Feminizar» las estructuras de esas fuentes socializantes del mundo occidental, colaboraría decididamente para que ese eslogan: «Un gol parta la historia» se cuele por la escuadra de la portería defendida por hombres.