Y por fin se disolvieron

César Rodríguez Pérez
César Rodríguez JUEGO DE TRONOS

OPINIÓN

VINCENT WEST | REUTERS

04 may 2018 . Actualizado a las 09:23 h.

Derrotada, ETA buscó con mentiras y posverdad titulares y relato en su machacón anuncio de disolución. Sin éxito.

La banda terrorista dijo adiós sin pedir perdón, sin un mínimo propósito de enmienda que ayude -si eso es posible- a enjugar su maldito legado sangriento. Las etiquetas ideológicas no tapan las vergüenzas de una organización totalitaria que desgarró con tiros en la nuca y bombas las costuras de la democracia española hasta que topó con un muro de firmeza y, golpe a golpe, perdió la capacidad de hacerlo, se convirtió en un rescoldo y se percató que el único poder que le quedaba era el de bajar la persiana.

«Hoy por fin se disuelven. Por la tarde iré a nadar». No hay mucho más que añadir al certero e irónico tuit de Fernando Aramburu. El mensaje del autor de Patria fue muy celebrado. Y sirve de ejemplo de cómo las redes vivieron el funeral de la banda terrorista. Recordados los 2.000 ataques y los 850 muertos, olvidados los eufemismos y los coqueteos con la equidistancia que en su día insuflaron vida a la organización criminal, los españoles pasaron página con rapidez: certificaron la disolución en los medios y le echaron un vistazo a la jeta del capo Josu Ternera, único trending topic del día relacionado con una histórica y más que descontada noticia.