«Vamos amarrateguis los dos»

Fernanda Tabarés
Fernanda Tabarés OTRAS LETRAS

OPINIÓN

13 may 2018 . Actualizado a las 08:22 h.

Confirmado: nos gobierna un varón decimonónico, un diputado en Cortes nacido en la muy santa ciudad de Compostela, un personaje con el fuero pomposo de aquel conservadorazo de firmes hechuras, don Antonio Cánovas del Castillo, que un día no tan lejano sentenció: «Son españoles los que no pueden ser otra cosa», construcción semántica de seminal inspiración para este nuestro actual presidente clasicote y grecorromano del Gobierno de España en un tiempo como aquel de Cánovas crepuscular y jodidillo. Obsérvense, si no, los ecos de ese adagio del inspirador político malagueño en el ya imprescindible de nuestro Rajoy: «España es una gran nación y los españoles muy españoles y mucho españoles». Canovismo adaptado al siglo XXI, como enchufarles el autotune a los Beatles. Ya lo advirtió él mismo hace unos años cuando se describió como «un señor de provincias educado y amable», puede que de esos que paseaban en Calle Mayor arriba y abajo, con aquel falso galán declarándose a la dama en una procesión y arruinándole la vida con la elegancia rancia y a veces letal que tan bien cultivamos en provincias. Un señor, ay Rajoy, que habla en refrán y que dice aprovechategui, alaaa!!!, lo que ha dicho!!!, vas a papá!!! Un político que suena a María Dolores Pradera: «Vamos amarrateguis los dos, espumas y terciopelo, yo con su recrujir de almidón y tú serio y altanero». Y dice más, María Dolores: «Desde luego parece un juego pero no hay nada mejor que ser un señor de aquellos que vieron mis abuelos». Lo dicho. No tenemos un presidente. Tenemos un holograma decimonónico. Cáspita. Recórcholis.