Libertá para los que toman algo

Israel Sastre

OPINIÓN

Grafiti en Oviedo
Grafiti en Oviedo Ayuntamiento de Oviedo

24 may 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Evidentemente, defender una postura favorable a los grafiti, resulta una tarea poco más o menos suicida, reservada exclusivamente a unos pocos a los que nos da igual que el resto de la gente nos tilde de bárbaros. Siempre que surge el tema de conversación, yo digo que en realidad no defiendo la posición por empatía con los grafiteros, sino más bien por antipatía con toda suerte de plañideras que prefieren vivir en una jaula de oro que en una ciudad viva. Oviedo está muy pasado de moda y cualquiera que esté un poco mundiao lo sabe de sobra. Ese es el verdadero problema y el que más nos debe preocupar.

El tema de las pintadas es más viejo que el catarro, tanto como la eterna batalla de lo nuevo contra lo viejo, lo cambiante contra lo imperecedero, la juventud contra senectud… David contra Goliat. Ni siquiera cambian muchos de los mensajes.  A quién no le puede gustar un mensaje que reza PAZ Y AMOR. Evidentemente, a nivel estético, y salvo excepciones, a nadie le gustaría tener en el portal de su casa una pirula mal pintada con el mensaje 'Torrelavega Power', pero la cosa cambia cuando, en vez de eso, nos encontramos con un bonito y florido mural pintado con un mínimo de gusto, porque eso sí que mola y no molesta ni a los más críticos con ello, aun siendo tan ilegal como el primer ejemplo. Simplificando objetivamente este hecho, todo se reduce  simple y llanamente a una cuestión de gustos en la que lo único importante es saber quién es el listo que sabe marcar la línea entre lo guapo y lo feo. Por aclamación popular, ese papelón lo tiene ahora el ayuntamiento, que capea el temporal como puede intentando dejar a todo el mundo contento, gastando un montón de pasta en dejar unos bonitos lienzos en blanco que invitan a ser pintados de nuevo, lo que acabará sin duda en una desternillante parodia de aquellos dibujos animados en los que la Pantera Rosa pintaba una pared de rosa y detrás venía aquel paisano pintándola de blanco, para luego volver a aparecer la Pantera Rosa de nuevo pintándola de rosa y así en bucle hasta el infinito y más allá. La diversión está garantizada para una buena temporada.

A muchos de los que ahora protestan, les flaquea, posiblemente por falta de ejercicio, la memoria. Presumen a todas horas de haber corrido delante de los grises por imprimir panfletos,  pegar carteles clamando libertad y hacer pintadas en contra del régimen establecido, apelando a la nobleza de su revolución, pero obviando que cada generación tiene su propia revolución, y su generación ya no pertenece al presente sino al pasado.  Habrá que empezar a preguntarse cuáles son las preocupaciones de esos niñatos y cuál es el motivo que los lleva a la desobediencia. Habrá que empezar a preguntarles acerca de sus inquietudes y habrá que empezar a hacer un poco de autocrítica y asumir que en cualquier caso,  las terribles actuaciones de nuestros hijos, son fruto de nuestro fracaso como padres. Al final, como ya proclamó una pintada mítica todo se reduce a: Libertá para los que toman algo.