Inglés en las redes

Francisco Ríos Álvarez
Francisco Ríos LA MIRADA EN LA LENGUA

OPINIÓN

30 jun 2018 . Actualizado a las 09:55 h.

El mundo de las redes sociales de Internet está convirtiendo el inglés en el recurso único, permanente y omnipresente al que acude el español en busca del vocabulario que necesita para dar nombres a las novedades que de continuo surgen en aquellos ámbitos. ¿O será más bien que nos dejamos llevar por lo más fácil, que es aceptar la terminología que llega del exterior en vez de hacer un mínimo esfuerzo por crear una propia?

Leemos que esos lugares donde unos insultan y otros son insultados están causando social media fatigue. ¿Por qué no emplear el español y hablar de cansancio, hartazgo o saturación de las redes sociales? Quizá porque social media mola más y las empresas prefieren tener un social media manager a un gestor o responsable de redes sociales, que parece menos preparado. No somos capaces ni de lo más elemental, como es sustituir hashtag por etiqueta.

A la hora del desayuno nos informan del trending topic del día, en vez del tema del momento, la tendencia o el asunto de moda. Lo que se lleva es bullear, o bulear, que no es bailar por bulerías, sino que los neopijos han mezclado to bully (acosar, intimidar) y el sufijo -ear y lo emplean por acosar. Y el que bulea es un buleador. Es lo que el expresidente mexicano Fox le ha llamado a Trump. Al mismo recurso neológico recurrieron los creadores de favear, de fav, abreviatura de favorite, y -ear. El que destaca un mensaje de otro en una red social lo favea, le da fav o like.

Algo así es likear o megustear, empleados para aludir a la acción de dar al botón de like o me gusta, que es como se muestra el agrado por un mensaje de otro usuario. Es lo que nunca hará un hater (quien odia), que se dedica a machacar a las personas o a sus obras. Es el que promueve los shitstorms (‘linchamientos digitales’, aunque literalmente signifique ‘tormentas de mierda’).

Nota de última hora: se busca alternativa española a influencer, nombre inglés que se da a la persona con conocimiento, prestigio y presencia en determinados ámbitos en los que sus opiniones pueden influir sobre muchas otras. Se han propuesto desde su adaptación como influéncer hasta influidor, influenciador, persona que influye, persona influyente, persona con influencia... ¿Y por qué no influyente como sustantivo, del mismo modo que otros procedentes de participios activos, como cantante, presidente o conferenciante? Ya puestos a hacer dar de sí la lengua...