De postureos y ocurrencias

Ramón Pernas
Ramón Pernas NORDÉS

OPINIÓN

30 jun 2018 . Actualizado a las 09:56 h.

Todavía la Real Academia no validó la voz postureos pero estoy seguro que todos ustedes saben de su significado, que yo aplico al primer mes de gestión publica del presidente Sánchez, que evita los grandes problemas que tiene este viejo país y que van de su lectura económica interior a su nivel de estado europeo y solidario con los problemas que sufre la Unión.

Las gafas de sol kennedianas, las manos sarmentosas y abiertas a una generosidad mal contada son el ejemplo del postureo ideado por sus asesores de imagen; la perrita Turca, el running, el correteo matutino por los jardines monclovitas son el balance de los primeros treinta días de ejercicio gubernamental,

Para este elemental viaje no eran necesarias las alforjas del márketing político, que es un auténtico insulto a los electores del pueblo español. Justo a los que él no ha tenido en cuenta para hacerse con el poder gracias a un legítimo voto de censura que nos ha puesto en el discurso independentista y en los brazos maquiavélicos del PNV. Treinta días después el balance consiste en la incapacidad de legislar en el Parlamento, las promesas que se iban a articular en los primeros días del poder, la ley mordaza, la modificación de la legislación laboral et altri.

Todo se ha quedado en las viejas ocurrencias de organizar un entierro alternativo al dictador y restablecer el Valle de los Caídos como un punto de encuentro para una reconciliación que lleva ochenta años de demora.Hay que enterrar a Franco para siempre, que descanse en paz, y se aleje de los discursos de una izquierda que se está quedando sin referentes. Ya esta bien.

Como bien está el buenismo ocurrente de un barco cargado con varios centenares de migrantes que salvaron el desierto para arribar a Italia, en donde el neo fascismo hegemónico no los quería, y que fueron recibidos en el puerto de Valencia por dos mil quinientos, sí, dos mil quinientos cooperantes, como si de un ‘bienvenido Míster Marshall’ se tratara.

No está, señor Sánchez, el horno para bollos. Basta ya de postureo y de ocurrencias. Nuestra deuda se sale por las costuras; el techo de gasto es casi como una frase de una película infantil, Toy Story, «hasta el infinito y mas allá»; las autonomías y su cuota económica siguen esperando mientras Europa se desarticula, y nuestros investigadores jóvenes en el exterior siguen esperando que un ministro astronauta los convoque.

Claro que el presidente habla inglés, como miles de chavales que han tenido que emigrar después de licenciarse para fregar platos o hacer camas en Gran Bretaña. Faltaría mas, pero este país ya no es el que era y no traga con postureo y ocurrencias. Y lo escribo desde la decepción de quien creía que las cosas pueden cambiar y no repetir los viejos esquemas. El olor a naftalina sigue impregnado el ambiente, No saben cómo echamos de menos una bocanada política de aire limpio, nuevo, regenerador, A lo peor es que ya no existe.