Oportunidad de cargarse la monarquía

Fernando Ónega
Fernando Ónega DESDE LA CORTE

OPINIÓN

17 jul 2018 . Actualizado a las 08:10 h.

Quienes se proponen liquidar el «régimen del 78» y cambiar el sistema político español se encuentran con una oportunidad quizá irrepetible: les basta con divulgar las grabaciones presumiblemente efectuadas por una amante despechada y aireadas por un ex comisario de policía conocido por sus artes chantajistas y especializado en turbios negocios privados que compatibilizó con el servicio público. Estoy hablando, naturalmente, de los audios difundidos por dos diarios digitales en los que la famosa mujer de negocios llamada Corinna, que se definió a sí misma como «entrañable amiga» del rey Juan Carlos, declara, debidamente inducida, que el monarca cometió todas las irregularidades económicas y fiscales que se puedan cometer.

Su lenguaje, sorprendente por su dominio del idioma castellano cuando tenía fama de no hablarlo, hizo que muchos sospechásemos que estábamos ante una falsificación. Sin embargo, Corinna hizo público un comunicado que no desmiente que sea su voz. Por lo tanto, la doy por auténtica y me limito a formular una pregunta: ¿por qué una grabación realizada en 2015 estuvo guardada en algún cajón secreto durante tres años y se saca precisamente ahora? Con toda sinceridad, no tengo datos para elaborar una teoría. Pero es seguro que alguien la filtró con finalidad no precisamente informativa. Hacer ese «regalo» a dos diarios al mismo tiempo también es algo insólito. Que coincida con la campaña que el independentismo catalán desarrolla contra el rey Felipe VI quizá sea una mera casualidad. Pero coincide. ¿Hace falta una investigación? Por supuesto. ¿Tiene que ser en una comisión parlamentaria, como pide Unidos Podemos? Ahí tengo más dudas. Las comisiones parlamentarias tienen más de espectáculo que de eficacia. Y esta, en concreto, podría eternizarse sin más resultado que el desgaste de la monarquía. No hay sistema político en el mundo que resista una erosión de meses, quizá de años, para dar los mismos resultados que han dado otras comisiones de investigación. Si se busca liquidar el sistema monárquico, será un gran invento. Si se pretende buscar la verdad, mis dudas son infinitas.

Y además, permítanme una grosería: aquí, de momento, la única que tiene que declarar es la «entrañable amiga». Si pretende acorralar al rey emérito, supongo que tendrá alguna prueba. Por lo menos, alguna. Si el rey le entregó, como dice, documentos de los servicios secretos, supongo que los conservará. O si el rey la comisionó para determinados negocios, supongo que también lo podrá demostrar. Es lo mínimo que se le puede pedir. Montar una formidable crisis de Estado por las palabras de una amante, y dichas a un chantajista reconocido, me parece una histórica frivolidad.