El tarot de la Justicia

Ernesto Sánchez Pombo
Ernesto S. Pombo EL REINO DE LA LLUVIA

OPINIÓN

Carlos Castro

20 jul 2018 . Actualizado a las 08:25 h.

Como jueza, María Jesús García Pérez, la titular del Juzgado de Vigilancia Penitenciaria número 3 de Galicia, con sede en Lugo, tiene un futuro más brillante que el sol.

La comisión disciplinaria del Consejo General del Poder Judicial ha decidido no castigarla por ejercer labores de vidente. En cambio, como pitonisa, debería su señoría replanteárselo porque se aventuró a sí misma un duro castigo por sus tareas extrajudiciales y todo se quedó en nada. En la divertida entrevista que concedió a este periódico la jueza aguardaba resignada su expulsión de la carrera judicial. No tenía duda: «Según volví de Madrid, me enteré por la prensa de la propuesta que había para suspenderme por seis meses. Van a pretender un castigo ejemplar». Y abundaba. Según su consulta al tarot, «mi futuro dentro de la Justicia es bastante malo». 

Sentido del humor

Pero todo lo contrario, porque con lo que no contaba la señora García, ni la mayoría de los ciudadanos de este país que sacrificamos nuestros bolsillos para tener una Justicia justa, es con el extraordinario sentido del humor de las señorías que juzgaron su proceder.

Hay que animar a esta Justicia que está muy aburrida. Hay que desdramatizarla. Una jueza vidente, que además ejerció como estríper, nos viene al pelo, para quitarnos de encima esta imagen de sosos y aburridos que tenemos. Eso debieron pensar los de la comisión disciplinaria para pasar por alto el enésimo incidente de una magistrada que ha dejado huella allá por donde pasó.

Con la decisión de no sancionar, aunque también es cierto que tuvieron el detalle de no premiarla, lo que hay que agradecer; la Justicia nos vuelve a indicar que está muy próxima al tarotismo. Viene siendo algo muy parecido. Incluso, en ocasiones se confunden. 

Uno entra en un juzgado y lo mismo le sale bien que le sale fatal. Como con el tarot. Que puede decirte que te va a ir muy mal, pero luego unos señores que forman una comisión disciplinaria se encargan de desmentirlo. Y es que tienen un sentido del humor difícil de digerir.