Donald lo ha vuelto a hacer. Trump se ha superado a sí mismo. Cuando parecía imposible, ha batido otro récord, el de mentiras y medias verdades. Acumuló 5.000 en sus primeros 601 días como presidente de Estados Unidos. ¿De dónde sale esta contundente cifra, que habla por si sola? Pues de uno de los «decadentes» medios que hacen una encarnizada oposición al magnate que ha llevado al populismo a sus más altas cotas, el Washington Post.
El diario capitalino tiene un gran servicio de verificación llamado Fact Checker. Son los periodistas que forman ese equipo los que cazaron, uno a uno, los ocho embustes y falsedades que de media suelta cada día el actual inquilino de la Casa Blanca. Son ellos los que han advertido de que ese promedio crece año a año. Y los que retratan a un dirigente más dañino que el mítico caballo de Atila. Solo un ejemplo: 17 años atrás, el día en que los terroristas de Bin Laden derribaron las torres gemelas y mataron a miles de personas en Nueva York, presumió de que a partir de entonces su torre iba a ser el edificio más alto de Manhattan. No hacen falta más comentarios.
Donald ha vuelto a pelearse con la verdad a cuenta de la devastación causada por el huracán Mary en Puerto Rico en el 2017. Causó 3.000 muertos. Pero él lo niega. Y ahora debe preparar una andanada de trolas y mensajes de odio para capear un nuevo temporal. Es el gran protagonista de la nueva película de Michael Moore, el autor de Bowling for Columbine estrena un documental, Fahrenheit 11/9 que retrata a Trump como «tirano, mentiroso y racista». Y pronostica que será «el último presidente de EE.UU.». Agarrense, vienen curvas.