Antic, el técnico del telón de acero

Sergio Fuente OVIEDO

AZUL CARBAYÓN

Luces y sombras de un entrenador que estuvo al mando del Real Oviedo en dos etapas clave. Por Sergio Fuente

07 abr 2020 . Actualizado a las 18:19 h.

Slavisa Jokanovic y Víktor Onopko. No, aunque lo parezca no son nombres de dos agentes especiales de dos naciones del otro lado del telón de acero, eran futbolistas. Los dos marcan de alguna manera las dos etapas de Radomir Antic al frente del Real Oviedo. Ambos fueron dos “buenos caprichos” del técnico serbio para el equipo azul. Antes de eso, y como si de un relato de suspense se tratara, el desaparecido hombre de fútbol llegó a Asturias gracias a la radio.

Tras su paso por el Zaragoza y el Real Madrid, Antic estaba de comentarista en Antena 3 Radio comentando partidos de la edición 92/93 de la Copa del Rey. El Real Oviedo decidió destituir a Javier Irureta, y buscó en la figura de Radomir al sustituto adecuado. Fue en la emisora donde el serbio se enteró de que volvería a ser entrenador. Logró salvar al equipo oviedista entre otras cosas merced a un triunfo ante el Barcelona de Cruyff por 1-0 gracias a un gol de Carlos. Pero sería en ese partido donde dejo muestras de su idea de fútbol.

Muchos le recuerdan por el doblete con el Atlético de Madrid, donde empleó un modelo en el centro del campo donde primero Vizcaíno con Pantic y luego Bejbl con el propio Pantic formaban una dupla fundamental. Lo que pocos recuerdan es que ese modelo quedó fijado en sus primeros meses en el Real Oviedo. Fue en el mencionado triunfo ante los culés donde Antic dispuso un Elcacho- Viñals que desarboló a los Guardiola- Amor- Eusebio y compañía. Un hombre “stopper” atrás y uno más creativo por delante. Ambos cuajaron un duelo perfecto que hizo ver al serbio que ese era el camino.

Antic también fue el responsable técnico de la victoria ante el Milán en el Torneo Ciudad de Oviedo de 1993. Aquel 3-2 desató una piquilla amable entre el entrenador azul y Fabio Capello. Esa “rivalidad” entre colegas de los banquillos siguió en la pretemporada del año 2000, con la victoria del Real Oviedo ante la Roma de Capello en Austria. El italiano, para desquitarse, le recordó a Radomir que quien levantó la copa en el torneo ovetense (era un triangular) había sido él. Antic no tenía problema alguno en medirse a otros entrenadores para defender a los suyos. Se demostró en su duelo verbal con Toshack en el túnel de Anoeta cuando salió en defensa del lateral Gaspar.

Radomir Antic fue el jefe de operaciones del traspaso de Jokanovic desde el Partizan de Belgrado. Tras duras negociaciones con Iván Curkovic, presidente del club, se llegó a un acuerdo que cambiaría el estilo de fútbol del Real Oviedo. Los escenarios de este acuerdo fueron dignos de una película de espías, todos ellos al otro lado del conocido como telón de acero. A saber: Zúrich para negociar, Budapest para lograr el transfer del jugador, París para oficializar el fichaje. Al final, y con un Jokanovic escondido en Ribadesella, el conjunto de Antic se hacía con el jugador. Sería el primero de varios episodios de estilo “aventurero y de espionaje” que el Real Oviedo protagonizó en ese tiempo. Recordad a Borrelli y a Onopko.

Jokanovic se hizo con el control del centro del campo oviedista y con el corazón de todos los aficionados desde aquel primer entrenamiento en una fría tarde de miércoles, en el desaparecido Carlos Tartiere, cuando con un sutil toque desde fuera del área superó a Viti despertando un grito de aclamación de los allí presentes. Goles de penalti, de cabeza, pases sin mirar al receptor y una presencia que intimidaba. Fueron señas de identidad de un futbolista que se fue al Tenerife en 1995 después de formar una dupla con Prosinecki irrepetible. Hubo un antes y un después en el club de la presencia de 'Joka' en el equipo. Antic también se fue. Tenía todo preparado para la siguiente Liga, pretemporada inglesa incluida, pero se marchó al Atlético de Madrid. Ese fue el inicio de las sombras con el Real Oviedo.

Onopko estaba ya comprometido con los azules cuando Antic quiso que se fuera al Atlético. Esto no gustó nada en la parroquia oviedista, que desde entonces cambió la opinión del técnico. Onopko, al que se le dijo que iría a una población minera (palabras de Jesús Gil, que también dijo aquello de «yo a Onopko, no le conozco»), cumplió su palabra y jugó en el Real Oviedo. Antic tuvo que esperar cinco años para poder entrenar al ruso. Esto sería en la segunda etapa a los mandos de los dueños del Tartiere.

Antic repitió la fórmula original pero esta vez con Onopko- Tomic, que funcionó en los partidos de casa. Falló en el caso de Collymore, seguramente más por la nula profesionalidad de este y en querer “motivar” a sus jugadores con unas desafortunadas declaraciones. Al final, aquel equipo descendió a Segunda División, empezando un viaje que aún no ha concluido. Eso sí, con Antic se ganó por segunda vez en el Camp Nou, 0-1 con gol de Jaime, siendo por el momento la última victoria en Primera División.

Radomir Antic, un futbolero que vivió luces y sombras a los dos lados del telón con el Real Oviedo.

*Sergio Fuente es periodista y doctor en Historia. Autor del libro “La vieja guardia. Trece temporadas del Real Oviedo en Primera División” (2011)