«Cuando fracasas la sociedad te excluye y no te da otra oportunidad»

Claudia Granda REDACCIÓN

COMARCAS

Asociación El Patiu

La asociación llanisca «El Patiu» trabaja para mejorar la vida de los adolescentes del concejo. Actualmente cuentan con más de media decena de centros

19 mar 2018 . Actualizado a las 12:38 h.

Existen asociaciones de todo tipo, algunas se dedican a mejorar la situación de las personas más desfavorecidas, otras a defender los derechos de distintos colectivos. Pero hay algunas, como «El Patiu», que se dedican a sacar lo mejor de uno mismo. Esta organización, creada en el año 1999, surge a raíz de una propuesta hecha por los jóvenes y para los jóvenes. Se basaba, fundamentalmente, en ofrecer a los niños de la zona de Llanes alternativas de ocio y tiempo libre. Y lo que surgió como la ilusión de unos pocos, a día de hoy se ha convertido en una amplia red de centros que se diseminan por todo el oriente asturiano para atender a niños y jóvenes desde los 4 hasta los 18 años. «Éramos voluntarios del Centro Don Orione que simplemente queríamos hacer algo por los niños de nuestra zona», así comienza el relato de Jesús García Morán, presidente de la asociación, que explica con cariño cómo surgió lo que hoy se ha convertido en su vida.

En el año 2002 a estos voluntarios les toca abandonar el pueblo para irse a la Universidad, pero no quieren  olvidarse de esos niños con los que tantas horas de juegos han pasado.  Tenían que hacer algo diferente que les hiciera seguir viniendo a Llanes. Con el paso del tiempo descubrieron que había alumnos que necesitaban algún tipo de apoyo escolar y decidieron centrarse en ese aspecto. «De hecho, muchos de nosotros estudiamos cosas relacionadas con estos temas. La asociación determinó el futuro de muchos de nosotros», explica García. Diecisiete años después y más de media decena de nuevos programas de orientación y apoyo dedicados a los menores, «El Patiu» vive uno de sus mejores momentos.  El ayuntamiento de Llanes supo ver en «El Patiu» la gran labor que realizaban con los niños del concejo y apostó por ellos. Más tarde, la Consejería de Servicios y Derechos Sociales se dio cuenta de que su labor estaba dando resultados. El hobbie se convirtió en ocupación.

«La base de todo está en la vocación. Por encima de la titulación está eso», ese es el secreto que, según el director del centro les diferencia. García explica que las entrevistas de trabajo duran más de una hora y que incluso los niños hacen preguntas a los candidatos. «Hay que cuidar el trabajo antes de cuidar a los chavales», asegura. Remarca también el buen rollo que se respira en el centro. «El equipo humano es la clave, lo que nos hace especiales».

El trabajo de García, sus 15 compañeros y otros 21 voluntarios consiste en sacar lo mejor de cada uno de los jóvenes. «Trabajamos en el refuerzo de la autoestima, el trabajo con el conflicto y la frustración. Cuando fracasas la sociedad te excluye y no te da otra oportunidad. Todos necesitamos sentirnos reconocidos y sentirnos algo en la sociedad». Lo que esta asociación busca es demostrarles a todos los jóvenes que pueden llegar a destacar por algo positivo. Y transmitir ese mensaje con gran fuerza es el primer paso. Aunque parezca una labor difícil, en «El Patiu» no existen presiones. «La única presión que existe es la de ser buenas personas con los chavales, y eso es un lujo».

Nuevo programa a la vista

En «El Patiu» no paran de trabajar para mejorar la vida de los adolescentes. Actualmente se encuentran estudiando la posibilidad de implantar un innovador programa para estudiantes con dificultades de adaptación. Los destinatarios de este modelo educativo son aquellos menores que han abandonado el sistema educativo sin cumplir los 16 años o que son expulsados de los institutos de manera reiterativa. El centro ofrece a cada alumno un programa individual, centrado en sus intereses y capacidades, con la intención de que en el futuro se reincorporen a una FP Básica. «Esta experiencia ya funciona en otras comunidades autónomas y esperamos que tenga una buena acogida», confía García.