John Hurt, el gesto vulnerable

Xesús Fraga
Xesús Fraga REDACCIÓN / LA VOZ

CULTURA

El intérprete, fallecido a causa de un cáncer, empleó su versatilidad en dar vida a personajes frágiles y víctimas, construidos con una expresión y voz imponentes

29 ene 2017 . Actualizado a las 00:56 h.

Personajes frágiles, desvalidos, atormentados. Víctimas. El británico John Hurt parecía haber nacido para interpretarlos con total naturalidad. Le bastaban su voz y el dominio de la expresión, la gestualidad, para meterse con convicción en la piel de un toxicómano, un convicto, un monstruo. Su actuación no se limitaba a dar vida a aquellos seres maltratados, sino que contribuía decisivamente a la atmósfera inquietante que emanaban filmes como Alien, El expreso de medianoche o El hombre elefante, que contienen algunas de sus escenas más memorables.

Pero, a pesar de que esos papeles son los primeros que le vendrán a la mente a no pocos cinéfilos, Hurt estaba dotado de una versatilidad tal que le hizo posible alternar el cine más arriesgado con el más comercial, como ejemplifica su participación en el glorioso fracaso de Michael Cimino con La puerta del cielo y que Steven Spielberg lo reclamase en el 2008 para su primer Indiana Jones en casi treinta años (donde, por cierto, interpretaba a un profesor en un estadio de locura transitoria que también podría tomarse por una extraña lucidez). Así, se puso a las órdenes de Lars von Trier, Gus van Sant o Jim Jarmusch, y a la vez cumplió con el mismo rigor en blockbusters como Rob Roy o Hércules.

Pero era en las atmósferas amenazantes y turbadoras donde brillaba el talento de Hurt. Álex de la Iglesia lo reconoció y lo convocó para sus Crímenes de Oxford. Fuese en la distopía orwelliana de 1984 o la no muy distante Guerra Fría de Tinker Tailor Soldier Spy, novela original de Le Carré, Hurt aportaba ese indicio de que hasta la realidad más sólida puede transformarse en lo más inesperado.

También en televisión triunfó con sus lecturas de la enajenación -su Calígula en la adaptación de Robert Graves Yo, Claudio- o la culpa, como el Raskólnikov de Crimen y castigo. Esa ilustración de la carga y el remordimiento fue lo que lo llevó a participar en el cincuenta aniversario de Doctor Who, con su encarnación de una variante bélica de un personaje en esencia pacifista.

Nacido en 1940 en Chesterfield, Hurt siguió el deseo familiar de forjarse una carrera docente, pero muy pronto siguió la llamada de la actuación. El papel que lo reveló al gran público, el homosexual Quentin Crisp, cambió la representación y percepción de la homosexualidad en televisión, y reafirmó al actor frente a aquellos que le auguraban que aquel personaje hundiría su carrera antes de empezar. En realidad, consiguió dialogar con cada nueva generación de espectadores a lo largo de seis décadas: la última, la que lo ha conocido como el fabricante de varitas mágicas Garrick Ollivander en la saga Harry Potter.

Desde su primer matrimonio en 1960 se casó cuatro veces, y tuvo dos hijos con su tercera mujer. En el 2015 se le nombró caballero. El viernes fue vencido finalmente por un cáncer.