El consultorio literario de Szymborska

Xesús Fraga
X. Fraga REDACCIÓN / LA VOZ

CULTURA

Un libro recoge las mejores respuestas que la premio Nobel polaca dio a aspirantes a escritores durante más de veinte años, toda una muestra de ingenio e ironía

12 mar 2018 . Actualizado a las 17:01 h.

Además de ser una poeta reconocida con el premio Nobel de Literatura en 1996 al conjunto de su obra, la polaca Wislawa Szymborksa (Prowent, hoy Kórnik, 1923-Cracovia, 2012) también se dedicó a la crítica literaria, cuyos textos se han reunido en los volúmenes de la serie Lecturas no obligatorias. Una faceta que conoció una vertiente menos constreñida por el formato de la reseña y alentada por el anonimato: durante más de veinte años, Szymborska se ocupó en el semanario Vida literaria de la sección Correo literario, donde se respondía a los aspirantes a escritores con una valoración o consejos acerca de sus intentos.

Un buen número de estas contestaciones se han recogido en el volumen Correo literario, publicado en el año 2000 en polaco y que ahora aparece en español (Nórdica) en la traducción de Abel Murcia y Katarzyna Moloniewicz. Ambos subrayan el «humor y la ironía» que afloraban en las respuestas que Szymborska dedicaba a sus corresponsales, que también se hace patente en la entrevista que precede la recopilación, en la que Teresa Walas, responsable de la edición polaca, interroga a la premio Nobel sobre su cometido. Szymborska demuestra que el humor y la crítica empiezan por uno mismo: «¿Despiadada? Yo también empecé con poemas y con relatos malos. Y sé que eso de que te echen un jarro de agua fría en la cabeza tiene efectos terapéuticos».

En la misma entrevista Szymborska describe sus objetivos: «Intentaba que entendieran cosas elementales, les animaba a que reflexionaran sobre el texto recién escrito, a que fueran mínimamente críticos consigo mismos. Y, lo más importante, los animaba a leer libros. Igual soy una ilusa, pero espero que algunos de ellos hayan conservado esa maravillosa costumbre toda su vida».

Más allá de su valor didáctico, algo a lo que Szymborkska no se sentía obligada, por otra parte, sus respuestas destilan fina ironía y arrancan más de una sonrisa: «En el Correo una sorpresa así no suele darse a menudo: ¡un relato de ciencia ficción! ¡Qué descanso después de haber leído cuatrocientos poemas idénticos sobre el otoño!», por ejemplo. O aquí: «‘Mi novio dice que soy demasiado guapa para escribir buena poesía. ¿Que piensan de los poemas que adjunto?’ Creemos que es usted, efectivamente, una chica muy guapa».

¿Qué es la poesía?

A veces los corresponsales planteaban cuestiones de lo más trascendentes: ¿qué es la poesía? Szymbosrka echa mano de un aforismo de Carl Sandburg: «La poesía es un diario escrito por un animal marino que vive en la tierra y que quiere volar por los aires». También aconsejaba a jóvenes poetas que no dejasen sus estudios por haber conseguido publicar un poema en una revista, ya que los primeros intentos «empapelan el infierno de los poetas». Pero a veces sabía mostrarse de lo más irónica ante unos horribles poemas para niños: «No podemos prohibírselo, pero, por lo que más quiera, tenga usted piedad de nuestros hijos, que no hacen otra cosa que salir huyendo ante este tipo de literatura». Eso sí, a base de «perseverancia, esfuerzo, lecturas, empatía, espíritu crítico y sentido del humor», se puede conseguir.