Adiós a la voz rasgada de Chiquetete, el gitano que fue superventas

Sandra Faginas Souto
sandra faginas REDACCIÓN / LA VOZ

CULTURA

FESTIVAL INTERNACIONAL DE CANTE

El cantaor, que en los años ochenta fue todo un innovador de la balada romántica, falleció ayer en Sevilla a causa de un infarto

17 dic 2018 . Actualizado a las 08:35 h.

Antonio Cortés, Chiquetete, fue el cantaor que más discos vendió en el último tercio del siglo XX. Para algunos será un dato sorprendente, sobre todo quienes creen que la revolución flamenca es solo obra de Rosalía, pero los que disfrutaron de las canciones de este artista andaluz durante los años ochenta saben que él fue en ese tiempo un indiscutible número uno. Cuando David Bowie y Freddie Mercury copaban las grandes listas por el mundo adelante, en España el superventas era Chiquetete. Un gitano de voz rasgada, que rompió con la ortodoxia y aflamencó la balada romántica hasta convertirla en un estilo propio, con letras que lo mostraban siempre como un corazón herido. Un amante hundido y abandonado en la soledad. Así que si Julio Iglesias representaba por aquel entonces al truhan, Chiquetete salía al escenario con la misma elegancia, con traje cruzado de cuatro botones, pero dando la imagen contraria: la de un hombre sensible, roto por el abandono y el desconsuelo del desamor.

Fueron los tiempos de Esta cobardía, de Volveré, volveré, de Ser amantes, de A la puerta de Toledo le tengo celos que lo hicieron supermillonario. Ese bombazo de excesos, no solo económicos, fue el comienzo también de su declive personal.

Chiquetete había nacido en Algeciras en el seno de una familia pobre; de niño fue abandonado por su padre, y su madre, Manuela Pantoja, fue su auténtico amparo. A ella, que falleció en febrero de este mismo año, se dirigía cariñosamente como «la mare» y a ella estuvo siempre muy unido, porque la familia Pantoja fue en verdad quien le echó la mano en los duros comienzos en Sevilla. Su tío Juan, el padre de su prima Isabel Pantoja, le puso ese apodo familiar que luego convirtió en su nombre artístico cuando empezó a actuar solo. Antes lo había hecho, en los años sesenta, con un cuadro flamenco donde destacaba por su voz aguda y su afinadísimo cante jondo. Porque Chiquetete fue por encima de todo un flamenco, como ayer expresaba el alcalde de Algeciras, José Ignacio Landaluce, tras conocer su muerte a causa de un paro cardíaco después de una operación de cadera: «Antonio fue el cantaor que mejor sintió y cantó una soleá, pero nos deja un gran artista, el cual, junto a Paco de Lucía, ha puesto a Algeciras en lo más alto del arte y la cultura flamenca». Chiquetete fue también un innovador, el creador de la canción flamenca, pero esa no es la imagen que ha trascendido de él.

 

Condenado por malos tratos

Sí su mala vida, sus desencuentros familiares (no se hablaba con su prima Isabel), que han ocupado horas y horas en televisión. Chiquetete deja dos viudas, la bailaora Amparo Cazalla, con quien se casó en 1973 y tuvo tres hijos -Fran, Antonio y Rocío-, con los que seguía manteniendo relación. No así con Manuel y Alma, fruto de su matrimonio con Raquel Bollo, quien lo denunció por malos tratos continuados tras un divorcio terrible.

Condenado, depresivo, ahogado por las deudas y con una salud delicada después de años de consumo de droga, Chiquetete rehízo su vida con Carmen Gahona, una mujer de lengua afilada que también chupó cámara en Sálvame. Tras esta tercera ruptura, el artista había iniciado una relación con Imma Cuevas, una joven 30 años más joven que él, a la que ayer Gahona echó del tanatorio.

La vida de Chiquetete no tuvo precisamente la elegancia de su estilo sobre el escenario ni el brillo de su Grammy. Pero así de enorme fue el éxito del único cantaor gitano que llegó a ser número uno en Los 40 Principales.