«La gran mentira»: El amor en los tiempos del afecto

Eduardo Galán Blanco

CULTURA

06 dic 2019 . Actualizado a las 10:04 h.

Dándole la razón al título español, nada es lo que parece en La gran mentira, una película que comienza como una de timadores agradables y canallas con estilo, pero acaba siendo una desabrida historia de venganza, con ecos de David Mamet. Quizá el filme no es demasiado bueno, pero sí que sorprende, menos en las vueltas del guion y más, mucho más, en el cambio de registro de la segunda mitad de la cinta, tan abrupto como agrio.

La acción comienza con dos venerables ancianos, supuestamente viudos, que contactan en una página de citas en línea, mintiéndose ya desde el minuto uno. Mientras los títulos de crédito desfilan en las pantallas de los interlocutores, uno fuma y la otra bebe, y, al mismo tiempo, los dos se declaran abstemios. Pero no, esto no solo va de la mentira y la apariencia instaladas como verdad de nuestra sociedad virtual. El viejo timador, encantador sin escrúpulos que quiere quitarle el millón de libras a la vieja dama indigna, tiene un pasado menos divertido y amable que el que puede parecer en la primera hora de metraje. Y resulta que ese pasado está en el Berlín del nazismo.

«Siento afecto por ti», le dice el carcamal a su conquista. Y ella contesta, lúcida: «Afecto es una palabra demasiado neutra». Y es que, la película, entre sus costuras -a veces mal cosidas- de thriller sorpresa, reflexiona sobre la imposibilidad de sentir empatía por el otro. Y habla de los sentimientos como representación. «Siempre me ha incomodado la palabra amor», se confiesa el viejo monstruo en un momento magnífico que parece sacado de otra película.

La gran mentira no le ha gustado demasiado a la crítica americana y poco a la inglesa. Sí, puede que al filme le falle un poco el bombeo de sangre. Es lo lógico, sus protagonistas coquetean con la arterioesclerosis. Pero la belleza y la elegancia casi majestuosa de las arrugas de Helen Mirren -esta mujer fue reina, zarina, Morgana, Titania, Cesonia, Ofelia y ¡Hedda Hopper!- y la imponente presencia del saco de huesos que pasea Ian McKellen son tan apabullantes que pueden con todo. Y, tras la cámara, está un señor que sabe mirar a los actores: Bill Condon, que ya dirigió a Gandalf en Dioses y monstruos -amargo retrato del gran James Whale- y en Mr. Holmes, nada menos.

«LA GRAN MENTIRA»

[«THE GOOD LIAR»]

EE.UU.-Reino Unido, 2019.

Director: Bill Condon.

Intérpretes: Helen Mirren, Ian McKellen, Russell Tovey, Jim Carter, Mark Lewis Jones, Jóhannes Haukur Jóhannesson, Phil Dunster, Laurie Davidson, Michael Culkin, Aleksandar Jovanovic, Athena Strates, Bessie Carter, Celine Buckens.

Drama / thriller.

108 minutos.