La serie de Netflix sitúa al padre del psicoanálisis en el centro de una trama de macabros asesinatos
01 abr 2020 . Actualizado a las 19:28 h.Con el cierre del siglo XIX Centroeuropa culminaba el vertiginoso progreso de una sociedad tecnológicamente avanzada y dotada de una cultura de gran sofisticación. Pero aquella confianza, hasta arrogancia, ocultaba un malestar creciente que acabaría por socavar los cimientos de la civilización. En este contexto se desenvuelve Freud, una serie que retrata al padre del psicoanálisis en los inicios de su carrera, en una Viena donde mientras unos se mofan de sus teorías, otros se entregan a las supersticiones más primitivas.
A partir de aquí, la trama sitúa a Freud en el centro de una trama ficcional, envolviéndolo en una sucesión de macabros asesinatos. Un policía que arrastra un trauma de su pasado, una enigmática médium y un matrimonio de aristócratas húngaros que abrigan planes conspiradores se convierten en aliados y, a veces al mismo tiempo, en rivales, del doctor en su intento de saber quién está detrás de los crímenes y entender sus pulsiones. Hay duelos, sesiones espiritistas, batallas y, tratándose de Freud, también muerte y sexo.
Pese a pecar de efectismo y forzar la credibilidad del guion en muchos momentos, la serie entrega el entretenimiento que promete, y plantea la pregunta fundamental de qué puede hacer la razón ante fuerzas y emociones que no es capaz de controlar.
«FREUD»
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Alemania-Austria, 2020.
Dirección: Marvin Kren.
Intérpretes: Robert Finster, Ella Rumpf, Georg Friedrich, Christoph F. Krutzler.