Cómo comer un helado, según Umberto Eco

a. s. REDACCIÓN / LA VOZ

CULTURA

Umberto Eco
Umberto Eco JUAN LÁZARO

Se publica hoy un libro con textos inéditos sobre desafíos cotidianos

10 jul 2020 . Actualizado a las 00:34 h.

Cuando Umberto Eco (Alessandria, 1932-Milán, 2016) era niño su abuela le daba a elegir entre un helado de cucurucho de dos reales o uno al corte al doble de precio. Sin embargo, el futuro escritor y semiólogo estaba fascinado por la visión de algunos niños a quienes sus padres les compraban dos cucuruchos, que lamían muy presumidos ladeando la cabeza a izquierda a derecha. A Eco, sin embargo, jamás le permitieron semejante capricho. «Ahora entiendo que aquellos seres queridos ya difuntos tenían razón», escribiría mucho tiempo después. «Dos helados de dos reales en lugar de uno de cuatro no eran un derroche en el aspecto económico, pero sin duda lo eran en el simbólico. Precisamente por eso los deseaba: porque dos helados sugerían un exceso. Y precisamente por eso se me negaban: porque parecían indecentes, un insulto a la miseria, la ostentación de un privilegio ficticio, un jactancioso bienestar». 

Reflexiones

Este texto, titulado Cómo comer el helado, forma parte del volumen Cómo viajar como un salmón (Lumen), que recoge una selección de artículos del autor de El nombre de la rosa, de los que un buen número permanecían inéditos en español. Provienen de sus columnas quincenales, La Bustina di Minerva, en la revista L'Espresso. Son reflexiones e instrucciones sobre cómo afrontar eses pequeños pero a veces incómodos desafíos cotidianos, entre los que se cuentan, entre otros, los tratos con la burocracia, las conversaciones de fútbol con taxistas, no caer en el uso trivial del móvil y cómo evitar enfermedades contagiosas. Este último artículo valida esa definición de un clásico, es decir, ese texto escrito en otra época y otro contexto, pero que cobra una nueva relevancia en otra época. Pero también la pieza sobre el helado se constituye como una profunda reflexión acerca de la presunción y el derroche, en una sociedad consumista que «quiere que estén malcriados incluso los adultos».

Algunos de estos artículos fueron recopilados en su día en el libro Segundo diario mínimo, publicado también por Lumen en 1994, pero otros muchos permanecían inéditos en español, como los titulados Cómo castigar al que practica spam y Cómo hacer filosofía en casa.