Silvia Alonso, actriz: «Me aburro mucho de mí misma»

VIRGINIA MADRID

CULTURA

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Es fresca, espontánea y una auténtica gamberra que ha aprendido a vivir al día y a hacer frente a las dificultades con grandes dosis de humor: «Me gusta disfrutar de los pequeños momentos, me llenan mucho»

21 sep 2020 . Actualizado a las 20:05 h.

La descubrimos en Tierra de lobos, pero poco a poco, Silvia Alonso (Salamanca, 1989) se ha colado en las series más populares de nuestra parrilla televisiva como Velvet, Sin identidad o Instinto: «Me hice actriz para vivir otras vidas. Me aburro mucho de mí misma y jugar a ser otra persona con otras experiencias es muy enriquecedor». Aunque se confiesa miedosa, le apasionan los retos: «Si he logrado superar mi temor a las agujas, ya puedo hacer casi cualquier cosa», asegura.

-Estás abonada a la comedia. Este verano te hemos visto en «La lista de los deseos» y meses antes en «Hasta que la boda nos separe».

-Es un género que me encanta, muy agradecido a la hora de trabajar y además como soy una gansa, me va genial. La lista de los deseos es una película bonita para echarse unas risas, tan necesarias en este tiempo que estamos viviendo. El sentido del humor me ayuda a afrontar los momentos difíciles y a quitarle peso a las cosas.

-«La lista de los deseos» es una «road movie», una historia sobre la amistad y un canto a la vida.

-Eso es. Son tres mujeres que se encuentran en situaciones complicadas, dos de ellas sufren un cáncer, y deciden irse de viaje en una caravana para cumplir sus deseos. Es una película que habla de no dejarse vencer por el miedo, de sacar lo positivo de las adversidades y de perseguir y disfrutar aquello que realmente te hace feliz.

-Tu personaje es Mar, la mejor amiga de Eva, a la que le detectan un cáncer de mama, interpretada por María León.

-Sí. Mar es una chica muy vitalista y divertida que se convierte en el principal apoyo de Eva durante la enfermedad, está ahí para sostenerla pase lo que pase. Vive con una lucha interna de emociones, porque sabe que tiene que estar fuerte para ayudar a Eva, pero por dentro está muerta de miedo.

-¿Cómo ha sido rodar con Victoria Abril?

-Pues, cuando me lo dijeron tuve una mezcla rara de sensaciones. Por un lado, pensé: «¡Qué guay! ¡Menuda suerte!». Y por otro lado, me entró miedo, porque me imponía mucho trabajar con ella. Es una pasada como trabaja, controla el set desde el minuto uno en el que lo pisa. Sabe perfectamente donde debe colocarse y lo que tiene que hacer en cada momento. Le sale de forma natural. Es alucinante. Aprendí mucho con ella. Y María León es maravillosa. Aunque tenemos energías distintas, hay una parte del trabajo que entendemos igual y salieron cosas muy bonitas.

-Las ganas de vivir plenamente y de disfrutar de la vida atraviesan la pantalla en cada plano. ¿Tú eres de vivir el momento con intensidad?

-Vivo al día y me gusta disfrutar de cada momento, cada vez más. Sin embargo, también soy muy controladora, me gusta tenerlo todo atado y encima siendo actriz resulta complicado no mirar al futuro. Lo primero por la incertidumbre de nuestro oficio y después, porque nuestra agenda de trabajo siempre va bastantes meses por delante de nosotros.

-Por cierto, ¿has hecho ya tu lista de los deseos?

-Fíjate, hasta el momento no me lo había planteado, pero al hacer la peli, fue un tema habitual entre nosotras. Viajar por el mundo durante un año, estaría en el primer puesto de mi lista. Me apetece sobre todo descubrir Filipinas, Sudáfrica y Colombia. Además, me gustaría poner en marcha un negocio con el que poder conciliar mi carrera como actriz. Y otro deseo es hablar idiomas. Me encantaría poder irme a la cama y levantarme al día siguiente hablando inglés, italiano y francés. ¡Sería fantástico! Ojalá.

-Otro tema que aparece en la película es el miedo. ¿Tú eres miedosa?

-Mucho. He tenido que aprender a lidiar con el miedo y a no quedarme bloqueada. Tenía una fobia tremenda a las agujas y después de mucha terapia ya puedo ir al médico con naturalidad. Si he logrado superar mi temor a las agujas, ya puedo hacer casi cualquier cosa.

-En esta cinta, las tres protagonistas sois mujeres. Parece que los personajes femeninos van cobrando fuerza y adoptando nuevos roles en la ficción. ¿Cómo ha sido tu experiencia?

-Es cierto que poco a poco van surgiendo personajes, como el de Candela Peña en Hierro, de mujeres en situaciones y roles a los que no estamos acostumbrados a verlas en ficción. Sin embargo, en mi experiencia, las mujeres estamos destinadas a ser la que espera, la que no acciona, la que está para servirle la trama al hombre. Esa es la sensación que yo he tenido.

-En la serie «Instinto», que rodaste junto a Mario Casas, te tocó grabar escenas de alto voltaje. ¿Qué tal te enfrentas a las escenas íntimas?

-Bueno, son parte del trabajo. Son incómodas y se genera cierta tensión, porque te sientes más vulnerable, pero si hay buen rollo con tu compañero y además, el equipo crea un ambiente agradable en el set, pues intentas hacerlas lo mejor posible para que pasen y listo.

 -Lo mejor de ser actriz es…

-La posibilidad de vivir otras vidas. Yo me aburro mucho de mí misma y jugar a ser otra persona con otras experiencias es muy enriquecedor, porque aprendes mucho. Ponerte en la piel de otras personas te ayuda a cambiar la perspectiva de las cosas y comprendes situaciones que de otra forma no entenderías.

-¿Te llevas el personaje a casa o desconectas y te olvidas del trabajo?

-Mi trabajo es actuar, la interpretación, pero no ejerzo de actriz las veinticuatro horas al día. No vivo obsesionada con mi oficio. Cuando acaba mi jornada de rodaje, vuelve Silvia.

-Cuéntanos, ¿cómo es Silvia Alonso?

-Es una gamberra, una auténtica gansa, pero también soy controladora y me apasionan los retos.

-Y ¿qué es lo que menos te gusta de tu profesión?

-Quizá que en ocasiones te conviertes en un producto comercial y aunque lo entiendo, reconozco que no lo gestiono del todo bien.

-¿Tienes muchas ganas de...?

-Hacer una mala malísima, un personaje de esos que produce mucho rechazo en el espectador. Una mujer retorcida y maquiavélica, porque es un registro nuevo y supondría un reto para mí.

-El mejor consejo que te han dado.

-¡Uy! Que es necesario aprender a decir no. Es algo que me cuesta un montón, pero últimamente estoy mejorando mucho. Los cambios cuestan. Voy pasito a pasito.