«Fake Famous», el documental que revela el circo detrás de Instagram

L. M. REDACCIÓN / LA VOZ

CULTURA

Nick Bilton prepara una foto trucada con Dominique Druckman.
Nick Bilton prepara una foto trucada con Dominique Druckman. HBO

HBO muestra un experimento en el que tres jóvenes corrientes se convierten en celebridades de las redes sociales

06 feb 2021 . Actualizado a las 09:56 h.

La imagen es reveladora. Un asiento de un váter situado delante de una pantalla de televisión simula ser la ventanilla de un avión desde la cual una estrella de las redes sociales contempla el paisaje. Finge de ese modo que lleva una vida rutilante de viajes y de éxito, pero todo es producto de un experimento que saca a la luz lo fácil que es convertir a cualquiera en un nombre influyente de las redes sociales, un influencer, actividad que es ahora la meta de muchos jóvenes. Todo el proceso y el resultado de esta experiencia se plasma en Fake Famous (Falsos famosos), un documental recién estrenado en HBO en el que tres desconocidos de Los Ángeles acaban convertidos en falsos ídolos que se cotizan por el número de seguidores y la cantidad de «me gusta» que acumulan en sus perfiles.

La idea de esta producción fue del periodista Nick Bilton, que plantea este experimento para mostrar con ironía la tramoya que sostiene esas vidas fotogénicas que despuntan en redes como Instagram, nombres salidos de la nada y que llegan a ser admirados por miles o millones de personas. «Ser una celebridad top es increíblemente difícil. ¿Ser un influencer? No es tan difícil. Creo que es una vía rápida a la fama y a la riqueza», señala Bilton.

Para llevar a cabo este ensayo, el creador reclutó a tres jóvenes corrientes: una aspirante a actriz, Dominique; un diseñador de moda, Chris, y una asesora inmobiliaria, Wylie. La clave para elevarlos a la fama es inventar para ellos una vida de fantasía a base de sesiones de fotos trucadas que recogen tan solo el ángulo bueno y esconden el artificio que hay detrás. A eso se añaden también los miles de seguidores que Bilton les «compra» y las colecciones de «me gusta» alimentadas por bots.

La notoriedad no tarda en llegar y en ella pican no solo los seguidores auténticos, sino también marcas y empresas que les ofrecen toda clase de productos gratuitos a cambio de hacerse publicidad en sus populares plataformas.

Como contrapartida, estas nuevas estrellas también descubren que tras este espejismo efímero existen desventajas como una competencia feroz y efectos secundarios como la depresión y la ansiedad.

Bilton se confiesa sorprendido por el buen resultado de su experimento. «Cuando lo empezamos (...), no creí que íbamos a llegar al nivel que logramos con Dominique Druckman [ha llegado a 340.000 seguidores en Instagram]. La primera vez que recibió algo gratis, unas gafas de sol, fue como: «¡Oh, funcionó!» (...). Pero cuando después la inundaron con productos gratis y la gente le ofrecía tratos financieros y otras cosas es cuando nos dimos cuenta de la locura de que todo esto sucediera tan rápido», asegura a Efe.