Compró un cuadro por 77 euros pensando que era una copia y podría ser un Van Dyck valorado en 47.947 euros

La Voz REDACCIÓN / AGENCIAS

CULTURA

Exposición sobre el joven Van Dyck en el Prado en el 2012
Exposición sobre el joven Van Dyck en el Prado en el 2012 BENITO ORDOÑEZ

La pieza fue adquirida por el historiador de arte británico Christopher Wright en 1970 y estuvo colgado durante años en el salón de su casa sin conocer su valor

14 ene 2022 . Actualizado a las 13:29 h.

Un historiador de arte británico, Christopher Wright, descubrió que un retrato que compró como copia en 1970 de la infanta de España Isabel Clara Eugenia por apenas 65 libras (77 euros / 88 dólares) podría tratarse, en realidad, de una obra original del siglo XVII firmada por el pintor flamenco Anthony van Dyck, valorado en unas 40.000 libras (47.947 euros / 54.511 dólares).

Tal y como informa Efe y según recogen varios medios británicos, Wright mantuvo la supuesta copia colgada en el salón de su casa durante años sin percatarse de su valor. «Lo compré a un marchante en el oeste de Londres. Lo adquirí como copia, como historiador de arte. Extrañamente, no me di cuenta (del valor)», recuerda el experto cuando revela su historia a la prensa local.

La pintura es el retrato de la infanta de España Isabel Clara Eugenia, que estuvo colgado en las paredes del domicilio de Wright durante años. La historia sale a la luz porque el experto ahora quiere que este lienzo se exhiba en instituciones públicas y lo ha prestado a la exposición permanente del Museo Cannon Hall, en Barnsley, donde hay una colección de pintura danesa y flamenca del siglo XVII.

El historiador reveló al periódico The Guardian que fue un amigo suyo, el comisario de Arte Europeo en el Museo Ashmolan, en Oxford (Inglaterra) Colin Harrison, quien se dio cuenta de que la pintura podía ser en realidad un original de Van Dyck, al mirar detenidamente la forma en que las manos de la infanta habían sido dibujadas. «Me vino a ver. Charlamos. Y me dice: 'Realmente creo que tu cuadro es un Van Dyck», recuerda Wright al admitir que «cuando tienes algo, no le prestas atención».

Cuando lo adquirió, Wright asumió que se trataba de una de las numerosas copias que circulaban de los retratos de la infanta pintados por el artista flamenco. Animado por su amigo, el experto británico llevó el lienzo al Instituto de Arte Courtauld, en Londres, donde lo examinaron y restauraron.