Bonito espectáculo el visto en el primer GP de la temporada, donde hemos tenido a un Bottas que ha hecho todo perfecto, donde más importa, en la carrera. Durante los entrenamientos surgió la primera sorpresa: los Ferrari, grandes dominadores en todas las situaciones de la pretemporada, se mostraron mucho más lentos de lo esperado. Es cierto que el GP de Australia es peculiar al ser un trazado semiurbano, pero el dominio en la Qualy fue abrumador. Se esperaba un paseo militar de Hamilton, pero desde la segunda posición, en el lado sucio, salió con fuerza Bottas, y al contrario que otras veces, comenzó a abrir hueco, a hacer vueltas rápidas y a no limitarse a ser el escudero.
Con los dos Mercedes por delante, Ferrari decidió hacer un undercut, parando en boxes antes de lo previsto, para intentar ser más rápidos y acabar adelantando a Hamilton tras la parada de este, con lo que Mercedes optó por protegerse parando a Lewis. En el momento pareció una buena jugada, pero ahí se decidió la carrera. Los neumáticos no aguantaron, y Bottas seguía siendo más rápido. Esto provocó que también Verstappen estuviera en disposición de luchar por el podio, como así fue: tras un magistral adelantamiento a Vettel se colocó tercero y parecía que podría atacar a un Hamilton que al final aguantó muy bien. Mientras, Bottas siguió a lo suyo y pudo defender su vuelta rápida para llevarse un buen botín y poner la primera piedra para su continuidad en Mercedes. Antes de la temporada se daba por hecho que Esteban Ocon ocuparía su puesto en el 2020, y lo de hoy es un golpe en la mesa del finlandés, que tendrá que dar lo mejor de si mismo y ver si puede ser una alternativa a Hamilton. Ocon es piloto de Toto Wolff, y este se siente en deuda con él. Solo un buen hacer sostenido le sirve a Bottas este año.
Verstappen podría ser la alternativa, si Honda consigue fiabilidad. Tienen coche y piloto para ganar carreras. Por lo demás se ve una zona media muy ajustada, pero hay que esperar a un GP normal para conocer el nivel de cada uno. Será en dos semanas en el desierto de Bahrein. Lo que parece claro es que Williams está en el abismo; salvo milagro serán farolillo rojo de la temporada.