La generación de los 80, irrepetible

m.g.reigosa

DEPORTES

MCLAREN

17 jun 2019 . Actualizado a las 12:10 h.

Fernando Alonso acaba de ganar en Lemans y de proclamarse campeón del mundo de resistencia. Nació en el 81, va camino de los 38 años. Marc Gasol consiguió esta misma semana su primer anillo de la NBA con los Toronto Raptors. Nació en el 85 y ya ha cumplido los 34 años. Días atrás Rafa Nadal conquistó su duodécimo Roland Garros, una marca increíble a la que se irá dando más valor a medida que pase el tiempo. Nació en el 86, tiene 33 años. Sergio Ramos, que se acaba de casar a los 33, es junto a Navas y Cazorla el único superviviente de la selección española que enlazó dos Eurocopas y el Mundial de Sudáfrica en medio. En el último lustro y medio ya no hay éxitos del combinado de fútbol.

Los jóvenes nacidos en los años noventa corren el riesgo de pensar que España siempre ha pisado fuerte en los deportes que concitan mejores audiencias ante las pantallas de televisión. Y no es así. Antes de Alonso en la fórmula 1, de la generación abanderada por Pau Gasol (casi cinco años mayor que su hermano), de la quinta de Casillas, Iniesta, Xavi y compañía en el fútbol y de las continuas gestas de Nadal en el tenis lo más que había eran apariciones esporádicas, pero no rachas de éxitos tan continuadas.

Lo peor, al echar la vista al frente, es que esos jóvenes que nacieron en los noventa y que están llamados a tomar el relevo, no acaban de irrumpir con autoridad. Y no deja de ser paradójico, porque han disfrutado y disfrutan de mejores medios para tratar de mejorar en el día a día. Quizás ese sea el problema, que todo les ha llegado muy rodado y quien pierde en ese escenario es la capacidad de superación.

Se especula con que Alonso pueda volver a la fórmula 1. Nadal se ve con ganas de seguir dando guerra en el tenis, no sabe hasta cuándo. Pau Gasol sueña con poder alcanzar las olimpiadas de Japón. En el fútbol ya se está viendo lo difícil que resulta encontrar relevo para seguir en la cima e incluso cerca de ella.

Todo apunta a que los nacidos en este siglo, sobre todo del 2010 en adelante, tardarán en ver una victoria en Roland Garros, en el mundial de fórmula 1 o en el de baloncesto o el de fútbol una vez que la extraordinaria generación de deportistas nacidos en los ochenta deje de ganar. Todos van camino de los cuarenta.