El hombre que ayudaba a todo el mundo, pero no se dejó ayudar

amador lorenzo

DEPORTES

OLIVER WEIKEN

Solidario fuera y dentro del campo, después de cada entrenamiento nos hacía quedar a los porteros para ensayar y ensayar faltas

28 nov 2020 . Actualizado a las 09:47 h.

Cuando llegó al Barça era joven, tenía 19 años. Fue el primer jugador mediático en el fútbol. Recuerdo que desde que se levantaba hasta que se acostaba le grababan. Con el salto a Europa trajo un séquito detrás de doce personas que se lo controlaban todo.

Eran dos grupos, uno de tipo profesional de dos o tres personas, que eran los que filmaban todo lo que hacía. Querían recopilar toda su trayectoria desde que empezó con seis o siete años. Y luego estaba el otro grupo que, como era una persona solidaria, los conocía de su barrio de Argentina y tenían necesidades. Los trajo con él y vivían de él. Ahí empezó la parte oscura de Maradona.

Pero también hay que saber ponerse en su piel en ese momento. Con esa edad, ser el mejor jugador del mundo, con la presión que él tenía, que venía de una familia humilde, que había visto a sus padres pasar necesidades… Es muy difícil enfrentarse a ese bum mediático profesional que tuvo en el fútbol. Él era consciente de que esa presión iba en el pack. En ningún momento se quejaba. Cuando viajábamos con el equipo, iban las doce personas acompañándolo, tanto el avión como en el hotel. Siempre, con nosotros.

Sin embargo, en el vestuario era feliz, como mejor estaba era entrenando o jugando. Ahí era el auténtico Diego. Muy sociable, muy empático con todo el mundo. El problema era la presión que tenía fuera de allí, cuando terminaba de entrenar. El rol que te tocaba jugar fuera del fútbol. Los porteros que estábamos en aquella época en el Barça lo padecimos bastante. Terminaba el entrenamiento, todos se iban al vestuario y él nos mandaba quedarnos para seguir tirando faltas, penaltis… lo que fuese. Se iba todo el mundo y nos quedábamos nosotros. No quería salir de allí.

Era una persona solidaria e inconformista en su vida personal con todo el poder establecido. Cuando veía una injusticia, se enfrentaba a cualquiera, cosa que en el mundo profesional del fútbol no solía pasar. Lo hizo con la federación española, con la FIFA, se enfrentó a la gente que de verdad tenía poder y si él creía que no era justo, ahí iba. Era muy loable porque era el año 82.

Se ha ido muy joven. Pero sus vivencias, ese claroscuro que tuvo en su vida le pasó factura. Es una noticia muy triste que una persona que significó tanto se haya ido. En Argentina no lo idolatran solo porque haya sido un gran jugador, sino que era una persona solidaria en su forma de pensar. Ayudaba a todo el mundo. No solo con dinero, sino también con posicionamientos en su vida. Eso enganchó mucho, sobre todo con la gente humilde y eso, hoy en día, es difícil de conseguir. Las sonrisas que consiguió en la gente no fueron solo con el fútbol, sino también en otras facetas, como ayudando siempre al que más lo necesitaba.

Uno de los hándicaps más grandes que tuvo en su vida fue que él siempre trató de ayudar a todo el mundo y muy poca gente le ayudó a él. Ese es el reflejo claro de la vida de Maradona.