Nicolás de las Heras, subcampeón mundial de ultramaratón 48 horas: «Cuando llevo un dorsal me da igual que sea dar vueltas a un botijo»

DEPORTES

Nicolás de las Heras, avilesino de 59 años y subcampeón de la GOMU 48H World Championship en Balatonfüred, en Hungría
Nicolás de las Heras, avilesino de 59 años y subcampeón de la GOMU 48H World Championship en Balatonfüred, en Hungría

El atleta de élite y farmacéutico avilesino reconoce que no le «gusta correr, me gusta disfrutar de ese sufrimiento». En dos días en Balatonfüred batió tres récords más: campeón en esa competición y del mundo en máster 55, y récord absoluto en España en la modalidad 48 horas

07 jun 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Nicolás de las Heras, el avilesino que corre ultramaratones, resultó subcampeón de la GOMU 48H World Championship en Balatonfüred, Hungría este junio. Pero ese no es su único logro en esta competición mundial, batió récords a nivel nacional y por rango de edad. 

Trabaja en una farmacia de Grado hace 32 años y tiene una amplia experiencia corriendo, para lo que reconoce que tiene mucho aguante, tras una de sus competiciones de atletismo de fondo, advirtió que él se cansa, como es normal, «pero los demás se cansan más». Solo hubo una ocasión que se lesionó y rompió fibras, aún así terminó la carrera caminando ocho horas, ante esto su médico le dijo: «¿Cómo pudiste terminar la carrera con cinco centímetros de rotura en el isquio?». Aún no tiene respuesta para esto: «No lo se, eso lo hice porque soy un burro».

Nicolás de las Heras, avilesino de 59 años y subcampeón de la GOMU 48H World Championship en Balatonfüred, en Hungría
Nicolás de las Heras, avilesino de 59 años y subcampeón de la GOMU 48H World Championship en Balatonfüred, en Hungría

Descubrió estas carreras cuando acompañó durante alguna etapa a un amigo en la Travesera de Picos de Europa en 2008 —46 kilómetros de Sotres a Arenas de Cabrales con más de 7.000 metros de desnivel—, y tras quedar último su conocido, pensó: «Qué bonito esto, yo también quiero quedar último». Dos años después él mismo se posicionó en la línea de salida y concluyó el recorrido en casi 22 horas, en ese momento sintió que se había «picado con el veneno», bromea.

Cuando conoció las carreras en llano de 100 kilómetros y de 24 horas o más, comenzó a frecuentarlas y advirtió que no se le daba mal. «Me daba cuenta de que en las carreras cuanto más largas eran, mejor se me daban y mejor quedaba», recuerda de una carrera en Barcelona. Al tiempo le llamaron de la selección española de atletismo, a pesar de que en ese momento la categoría 24 horas no era oficial. 

Con respecto al desgaste físico que suponen este tipo de desafíos, de las Heras explica que, a pesar de tener la experiencia actual, «no es que me resulte fácil, pero para mí no supone un sufrimiento excesivo». Es una modalidad de atletismo que implica un daño que él está dispuesto a soportar y que conecta con un sentimiento de superación personal y satisfacción. «Es una cualidad que tengo y asumo el sufrimiento y el dolor de pies, me gusta pelear contra él porque mi rival soy yo», resume.

En 2019 se hizo oficial la modalidad 24 horas en la selección española y a partir de ese año, corrió todas las ediciones reconocidas legalmente que hubo. 

Decidió probar con un reto que supera sus costumbres y se inscribió en el 48H World Championship, aunque no fuese una competición oficial. En 2023 se desafió a sí mismo por una buena causa haciendo el Camino de Santiago primitivo. 'El camino de Rober contra el cáncer«me apasionaba por tres causas: dar difusión a la lucha contra el cáncer, la ambición del reto deportivo y por promover el camino primitivo», comenta. Corrió la distancia en aproximadamente 48 horas y se sintió bien, por lo que concluyó que se encontraba preparado para este nuevo desafío a nivel mundial. 

«A mi no me gusta correr», bromea. Lo que le aficionó fue la satisfacción que conlleva. «Son las sensaciones que me aporta correr, mental y físicamente», comenta. No lo entiende como una necesidad, si no como una vía de llegar a sus efectos, más allá del cansancio. «Disfrutar de ese sufrimiento, de mejorar y superarse», concluye.

Preparación para un ultramaratón

«Yo voy con motor diésel y ellos turbo»

El deportista de élite cuenta con un entrenador que le gestiona los entrenamientos de carrera y tablas de ejercicios. Explica que suele ser fortalecimiento de piernas, combas o ejercicios con gomas para tonificar el cuerpo, pero sin excesos.

A pesar de tener 59 años, «yo me veo bien», comenta. Detalla que en esta última competición en Balatonfüred competía contra gente de 35 años y no le supone un problema. Sin embargo sí reconoce ciertas diferencias, como el inicio de la carrera: «Yo voy con motor diésel y ellos turbo», bromea. Alude a la genética para explicar que «la vida me va respetando en ese sentido».

La competición comenzó un viernes y el farmacéutico ya estaba el martes trabajando. Su hazaña caló y se difundió de una manera que no esperaba, lo que provocó que muchas personas se acerquen a su trabajo para darle la enhorabuena: «Me da un poco de vergüenza», admite.

A nivel personal, actualmente se encuentra en una nube, tras una competición de esas exigencias y salir victorioso, explica que «la cabeza está ida y no te concentras», hasta días después «no volví a ser persona», admite. Hace referencia también a la dificultad de autopercibirse dentro de sus logros. A pesar de esto, reconoce no tener «ningún don especial», y alude a la falta de conocimiento del trabajo que existe detrás de todas sus marcas y de las capacidades del propio cuerpo humano: «La gente piensa que es una locura correr 441 kilómetros, son años de preparación».

48 horas seguidas corriendo. ¿Cuándo comen, duermen o van al baño si no paran? 

GOMU 48H World Championship en Balatonfüred, Hungría es un reto en el que durante dos días completos los atletas tienen que recorrer la mayor distancia posible. Y así lo hizo Nicolás gracias a su experiencia y conocimiento de los límites y señales de su propio cuerpo. Esta edición en la que el asturiano quedó subcampeón absoluto, fue la mejor de la historia en cuanto a marcas.

En Hungría no solo quedó en segundo puesto de la carrera, también se proclamó campeón en esa competición y del mundo en máster 55 —mayores de 55 años—. A nivel nacional, tiene el récord absoluto en la modalidad 48 horas, que estaba en 357 kilómetros y él hizo 441,343 kilómetros. «Volví con un montón de cosas, tres copas, tres medallas…», recuenta el atleta.

«Nunca sabes cuándo pueden ponerse las piernas como ‘pegollos' o fallar»

La carrera es en un circuito de 1,048 kilómetros en el que hay que dar vueltas. A lo largo del recorrido hay avituallamientos, baños y zonas de asistencia. En el caso de Nicolás, le acompañó un amigo que fue fundamental y clave en su trayectoria. En total, el asturiano dio aproximadamente 421 vueltas en círculo. «Es cuestión de actitud, cuando llevo un dorsal me da igual que sea dando vueltas a un botijo, lo hago», explica.

Nicolás de las Heras, avilesino de 59 años y subcampeón de la GOMU 48H World Championship en Balatonfüred, en Hungría
Nicolás de las Heras, avilesino de 59 años y subcampeón de la GOMU 48H World Championship en Balatonfüred, en Hungría

Las 48 horas de competición las gestiona cada corredor a su manera y el asturiano puso en práctica su propia táctica, que resume en «salir y no dormir». Su método, lejos de ser estricto, se basaba en estar atento a todas las circunstancias e invertir y gestionar el tiempo según su cuerpo. Cuándo sentía que las piernas «no iban muy bien, paré a hacer un masaje», durante la segunda noche se mareaba, por lo tanto, negociaron él y su asistente y concluyeron que era el momento de echarse de 15 a 20 minutos abrigado y descansando. En estos retos tan al límite cuenta que lo más importante es no estresarse, en esa situación parar no es perder, es invertir el tiempo. Y otra clave que destaca es que siempre se mantiene expectante, porque «nunca sabes cuándo pueden ponerse las piernas como ‘pegollos' o fallar».

En cuanto a la comida, sí está planificada. Comer y correr chocan en el estómago, por ello el avilesino, aplicó las pautas que sigue en las carreras de 24 horas: «Cada hora un gel y un cuarto de litro de carbohidratos», comenta. En las pausas alimentarias comía pasta cada ocho horas, en esta ocasión si en una hora rendía el kilometraje que se proponía, paraba a comer en un par de minutos, en las competiciones 24 horas lo hace mientras corre.

¿El problema? Son 48 horas así y acabó agotado, por lo que «al final coges medio sandwich de nocilla, otro de jamón y queso», confiesa. Sin embargo esto lo considera una manera de motivarse durante la carrera, «son premios diferentes», comenta. Además, especifica que durante el desafío no caminó más que lo estrictamente necesario, «mientras me comía un yogur, 50 metros», por ejemplo.

La parte psicológica de este reto es conseguir hacer tu propia carrera sin obsesionarte con los tiempos de tus contrincantes. «Hubo un momento de crisis», reconoce, cuando le adelantó el tercer atleta y lejos de luchar por conseguir de nuevo el segundo puesto, invirtió los minutos en descansar. 

El mensaje que envió a su rival fue: «Haz lo que quieras que yo voy a lo mio, no me influyes psicológicamente». Pero a la hora número 20 de la carrera, las tornas cambiaron y «aceleré casi un minuto el kilómetro para meterle presión y desdoblarle». Finalmente, quedó subcampeón mundial. Todo lo resume en: «Hice 95% mi carrera, me abstraje de los demás y me dediqué a mi».