Alcoa usa el desplome del aluminio como una causa para vender sus plantas

F. Fernández REDACCIÓN | LA VOZ

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PEPA LOSADA

Segregará sus activos más valiosos del negocio tradicional, al que se dedica en España

13 jul 2016 . Actualizado a las 07:53 h.

El desplome continuado del precio al que cotiza el aluminio en los mercados internacionales se ha convertido en una losa para el gigante mundial Alcoa, con cuatro fábricas en España: tres de aluminio primario, en A Coruña, San Cibrao y Avilés, y una de alúmina, en la localidad lucense, cuya titularidad comparte con un fondo australiano. El grupo perdió el año pasado 112 millones de euros y el panorama no tiene visos de mejorar a corto plazo. Así lo acaba de reconocer a la agencia Reuters Klaus Kleinfeld, presidente ejecutivo de la multinacional, al asegurar que es difícil determinar cuándo se producirá la recuperación de los precios. Kleinfeld realizó estas declaraciones durante la presentación de resultados del segundo trimestre de este año, cuando su beneficio cayó hasta los 135 millones de dólares (122 millones de euros), un 3,6 % menos que un año antes.

Pero Alcoa no esperará de brazos cruzados a que la materia prima recupere su cotización y deje de golpear sus cuentas. A finales de año culminará el proceso de segregación de la compañía para blindar sus activos más valiosos (los de valor añadido, enfocados a las industrias aeroespacial y automovilística) de los que se han convertido en un lastre (los tradicionales de fundición) por los vaivenes de las cotizaciones en los mercados. Las fábricas españolas están incluidas en estos últimos negocios. Así se puede comprender, en parte, que a Alcoa no le duelan prendas y trate de deshacerse de las tres fábricas de aluminio primario. El intento de vender o de dar entrada a un socio industrial para sostener esas plantas se explica también porque el gigante norteamericana ha dejado de tener garantizado un precio de la energía lo suficientemente atractivo como para no renegar de las fábricas.

Alcoa, que llegó a España hace casi 20 años al adquirir los activos de la antigua empresa pública Inespal, disfrutó hasta hace dos años de una tarifa eléctrica casi estable, abaratada de forma considerable por los incentivos públicos. Pero ese privilegio se acabó y ahora debe pujar cada año para lograr bonificaciones. Y parece haberse cansado de competir para pagar menos en la factura.

Las cuentas -el grupo no facilita las de su división española- parecen no satisfacer a Kleinfeld y su equipo, que decidirán en un despacho de Nueva York el destino de los cerca de 2.000 trabajadores de las plantas de A Coruña, San Cibrao y Avilés. El grupo ha contratado a Goldman Sachs para que se encargue del engorroso proceso de valoración de los activos y de búsqueda de compradores o inversores. Oficialmente no hay nombres de los candidatos, pero han saltado a la palestra tres: Atlas, un fondo estadounidense que ya le compró a Alcoa otras dos fábricas, en alianza con el grupo español Alibérico, con el empresario gallego Clemente González Soler al frente; y la compañía alemana Trimet.

En todo caso, el comprador, sea quien sea, probablemente condicionará cualquier movimiento al resultado de la subasta que a finales de año adjudicará los incentivos eléctricos para las plantas en el 2017.

El empresario gallego González Soler ya se interesó por comprar otras fábricas del grupo

Las tres fábricas de aluminio primario de Alcoa en España parecen tener tres pretendientes, aunque dos de ellos acuden a la conquista en pareja. El primero en sonar fue Atlas Holding. Este fondo de inversión estadounidense se estrenó en el mundo del aluminio hace dos años adquiriendo precisamente otras tres plantas de Alcoa: dos en España (Amorebieta y Alicante) y una en Francia. Con las tres creó la empresa Aludium, que ha apostado por realizar nuevas inversiones en las fábricas para salir adelante. Las últimas información oficiosas apuntan a que Atlas constituirá una sociedad con el empresario gallego Clemente González Soler, presidente de Alibérico, primer grupo español del sector, para quedarse con los activos de Alcoa. Alibérico, con 1.200 trabajadores, posee 17 fábricas en todo el mundo, 10 de ellas en España (ninguna en Galicia). Al parecer, González Soler ya se interesó en su momento por las plantas de Amorebieta y Alicante de Alcoa, que luego adquirió Atlas, aunque no llegó a presentar una oferta en firme por las instalaciones. Ahora, respaldado financieramente por Atlas, sí podría dar el paso para hacer honor a su título de rey del aluminio.

El grupo alemán Trimet también se perfila como un serio competidor del empresario gallego. La compañía, fundada en 1985, cuenta con 2.900 trabajadores repartidos en siete plantas en Alemania y dos en Francia, que adquirió en el 2013 dentro de un plan de expansión por el sur de Europa que podría hacerle recalar en Galicia y en Asturias.