Los sindicatos de Alcoa critican la escisión de la multinacional en dos compañías

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Factoría de Alcoa en Avilés
Factoría de Alcoa en Avilés

El presidente del comité de empresa califica la operación de «ingeniería fiscal sin ningún beneficio para los trabajadores»

01 nov 2016 . Actualizado a las 14:07 h.

El presidente del Comité de Empresa de Alcoa Avilés, José Manuel Gómez de la Uz, de CCOO, ve la escisión de la multinacional del aluminio en dos compañías, que se materializará mañana, como «una ingeniería fiscal de la empresa para dar valor a la acción, pero sin ningún beneficio para el trabajador».

«Al contrario, estamos hablando de una empresa que tenía unos 60.000 o 70.000 trabajadores que va a quedar reducida a la mitad, tanto a nivel personal como de capital, por lo tanto no le veo la bondad por ningún lado», según ha indicado Gómez de la Uz. La escisión anunciada el pasado año por la multinacional norteamericana se materializará mañana y en el caso de España se escenificará el miércoles, día 2 de noviembre.

La escisión dividirá el negocio del aluminio, la bauxita, la alúmina, la fundición y la energía en una empresa que se llamará Alcoa Corp y en ella estarán integradas las fábricas españolas, incluida la avilesina, y otra compañía que se denominará Arconic, que se centrará en soluciones de ingeniería, transporte aeroespacial y construcción. Una vez que se formalice la división, ambas empresas cotizarán de forma independiente en Wall Street y cada una tendrá su propio consejo de administración.

Subasta eléctrica

Pero más allá de esta operación, lo que preocupa en estos momentos a los trabajadores es que la subasta convocada para el servicio de interrumpibilidad de la energía eléctrica ponga en el mercado más bloques de 90 megavatios (MW). Los sindicatos están a la expectativa del número de bloques de 90 MW para saber a qué cantidad podrá acceder, concretamente la fábrica de Avilés, para tener la suficiente energía como para poder operar en términos de competitividad durante 2017.

La subasta del servicio de interrumpibilidad -que retribuye a algunas industrias por desconectarse del sistema eléctrico en caso de necesidad- para el próximo año se celebrará entre el 14 y el 18 de noviembre. José Manuel Gómez de la Uz se muestra pesimista con respecto a la subasta, tanto por los precios de salida como por la cantidad de bloques de 90 MW.

«A partir de ahí hay que trabajar para que desaparezca este mecanismo de subasta, porque no puede ser, tiene que ser un mecanismo estable que nos dé unos precios competitivos con el resto de Europa ya que, de lo contrario, no estaremos muertos, pero tendremos un futuro totalmente negro». En principio, en la puja para 2017 se subastarán bloques de 5 y 90 megavatios (MW) por una potencia total de entre 2.060 MW y 3.140 MW.