Las dos Alcoas debutan hoy

f. fernández REDACCIÓN / LA VOZ

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La segregación del grupo en España

La multinacional estadounidense consuma la segregación de sus activos para proteger el negocio de productos innovadores del tradicional, ahora en crisis

01 nov 2016 . Actualizado a las 08:36 h.

El grupo Alcoa se dice este martes adiós a sí mismo para darles la bienvenida a dos compañías nuevas tras la segregación de sus activos en todo el mundo. Tras un año de preparativos, la multinacional estadounidense empieza a funcionar como dos Alcoas para ganar en rentabilidad. El negocio tradicional de fabricación de aluminio queda agrupado en torno a una empresa que conserva el nombre histórico. En ella quedan integradas las plantas que la compañía posee en España, en Galicia y Asturias, así como las oficinas centrales de Madrid. Mientras, su división de productos de valor añadido, más especializados, como el titanio o las aleaciones del aluminio, que vende al sector de la automoción, la industria aeroespacial y energética para la producción de turbinas, se convierte en Arconic. Esta nueva compañía absorbe en España solamente un pequeño taller de piezas para arquitectura, situado en Navarra, y a parte del personal de la sede madrileña.

Fuentes de la compañía en España explicaron que la segregación no implicará cambios para las plantillas de las fábricas. Pero los representantes de los trabajadores no las tienen todas consigo y directamente se declaran contrarios a esta operación de adelgazamiento del negocio tradicional y desconfían de lo que deparará en el futuro. Más cuando esta división se produce en un momento de crisis del sector del aluminio debido a la invasión de producto asiático a bajo precio. Y cuando Alcoa busca comprador para sus plantas en España, en A Coruña, Avilés y una de las dos que posee en San Cibrao (Cervo).

La operación de venta está a expensas de la subasta de incentivos eléctricos, en la que las fábricas españolas se jugarán su futuro. La puja se desarrollará del 11 al 18 de este mes. En ella, Alcoa, como el resto de las industrias intensivas, competirá por hacerse con bloques de energía que supondrán sustanciosos descuentos en su elevada factura eléctrica. Si no los consigue, la venta se complicará y se cernirán nubarrones sobre Galicia.

A modo de protesta por la segregación, el comité de empresa de A Coruña no participará mañana en un festejo interno programado por la dirección local porque «non hai nada que celebrar». Juan Carlos López Corbacho, presidente de ese comité, resumió bien sus inquietudes así: «Tiñamos unha compañía moi grande e agora outra máis pequena e débil, cremos que non é unha boa medida». La agrupación de los activos menos rentables -los de fabricación de aluminio- en una empresa independiente «non nos dá ningunha seguridade, ao revés, aumenta as nosas suspicacias», añade Corbacho.

Por su parte, el presidente del comité de Avilés, José Manuel Gómez de la Uz, ve la escisión como «una ingeniería fiscal para dar valor a la acción, pero sin ningún beneficio para el trabajador». «Al contrario, estamos hablando de una empresa que tenía unos 60.000 o 70.000 trabajadores que va a quedar reducida a la mitad, tanto a nivel de personal como de capital, por lo tanto no le veo la bondad por ningún lado», indicó De la Uz en declaraciones a la agencia Efe.

Arconic, la joya

Según datos difundidos por el gigante con sede en Pittsburgh (Estados Unidos), Arconic contará con 157 plantas en todo el mundo y aproximadamente 43.000 empleados. Alcoa Corporation dispondrá de 64 instalaciones (entre ellas, las de tres de España) y unos 17.000 empleados (2.000 en las tres españolas). El grupo registró en el último ejercicio unos ingresos anuales de 24.700 millones de euros. La cifra de negocio de la compañía de productos especializados fue de 13.000 millones y la actividad tradicional le reportó 11.700 millones.

Las nuevas compañías cotizarán en la Bolsa de Nueva York. El valor de la que conservará el nombre de la matriz seguirá moviéndose al albur de las oscilantes cotizaciones mundiales del aluminio, mientras que la empresa con los activos de valor añadido ganará en estabilidad y rentabilidad, y, tras la segregación, quedará a salvo de los vaivenes de su compañía hermana.