Cinco años de reforma laboral en Asturias: menos empleo y más precariedad

Luis Fernández
Luis Fernández REDACCIÓN

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Trabajador en una empresa industrial
Trabajador en una empresa industrial

La polémica ley no cumple los objetivos para los que se aprobó y los sindicatos exigen su derogación

11 feb 2017 . Actualizado a las 10:31 h.

Zapatero sentó la bases en 2010 con una reforma laboral que, con la perspectiva del paso del tiempo y en comparación con la aprobada dos años después por Rajoy, puede considerarse light. El presidente del Gobierno endureció la normativa y los cambios modificaron de forma definitiva la relación entre empresarios y trabajadores con el objetivo, según explicaban en su momento, de reducir la sangría del paro y poner las bases para la creación de empleo estable. Cinco años después, la situación no ha mejorado. Asturias tiene ahora menos puestos de trabajo y más precariedad que hace un lustro. La tasa de paro se ha reducido pero lo ha hecho fundamentalmente por el importante descenso de la población activa. Los sindicatos, convencidos de que la reforma solo ha servido para empobrecer a la clase trabajadora, exigen su derogación.

Los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) del cuatro trimestre de 2016, elaborada por el Instituto Nacional de Estadística (INE), señalan que Asturias tiene en la actualidad 393.800 ocupados, 2.000 menos de los que tenía en el último trimestre de 2011, lo que se traduce en una pérdida de puestos de trabajo significativa a pesar de los buenos datos de los últimos meses. Además, en ese periodo ha aumentado considerablemente la tasa de temporalidad, al pasar del 24% de finales de 2011 al 27,2% actual. Esta cifra demuestra que la precariedad ha crecido en el último lustro.

Sin embargo, para los que prefieran ver el vaso medio lleno hay una cifra positiva. La tasa de paro se ha reducido del 18,84% al 14,59% y, en valores absolutos, el número de desempleados se ha reducido de 91.900 a 67.300. Pero los expertos aportan otra dato para explicar esta mejoría. La población activa, es decir, las personas en edad y disposición de trabajar, se ha reducido de 487.000 a 461.000 efectivos en cinco años. Este es un factor decisivo a la hora de analizar la caída de la tasa de paro.

Los sindicatos exigen la derogación de la ley

Los sindicatos mayoritarios en Asturias -CCOO y UGT-, cargan con dureza contra una reforma laboral que, a su juicio, no ha tenido efectos positivos. Javier Fernández Lanero, secretario general de UGT en la región, considera que la ley ha tenido efectos «demoledores» para los trabajadores y para el conjunto de la sociedad. En su opinión, las consecuencias inmediatas han sido el incremento de la «precariedad y la desigualdad», ya que asegura que ha crecido la temporalidad y que los que más ganan han visto como se incrementaban sus ganancias mientras el resto de la población se empobrecía.

Además, Lanero sostiene que «la precariedad laboral mata», y recuerda que en los últimos años se ha incrementado tanto el número de víctimas mortales en el puesto de trabajo como el de accidentes y el de bajas. «España crece pero ese crecimiento no repercute en las familias», afirma el líder sindical, quien exige la derogación de la reforma y una subida de salarios que permita reactivar el consumo y que la mejoría llegue a las familias. Por ello hace suyas las reivindicaciones de UGT y CCOO a nivel nacional y pide una subida de los sueldos de entre el 1,8% y el 3% en función del sector.

En una línea similar se ha expresado Antonio Pino, secretario general de CCOO en Asturias, quien considera que la reforma laboral «ha sido el mayor ataque a los derechos de la clase trabajadora desde que vivimos en democracia». Pino asegura que solo ha servido para abaratar y facilitar el despido «hasta niveles inauditos», provocar una «bajada generalizada de salarios» y para «destrozar» la negociación colectiva.  

En la práctica, el resultado ha sido una precarización «brutal» del mercado de trabajo y el aumento «vertiginoso» del número de trabajadores pobres, también en Asturias. Por este motivo, desde CCOO reclaman la «derogación de ésta y de la anterior reforma laboral», con el objetivo de «devolver la dignidad» al mercado de trabajo, «restablecer el equilibro de relaciones» entre empresarios y sindicatos, y devolver los derechos «usurpados» al conjunto de la clase trabajadora.

El sindicato considera que «no vamos a tener un mercado laboral sano con leyes y medidas tan perniciosas para el mundo del trabajo como las que ha impuesto el PP», y afirma que un mercado laboral enfermo es «injusto y cruel» para los trabajadores y «nefasto» para la economía.