Los millennials cambian internet por las agencias independientes

Susana D. Machargo REDACCIÓN

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Las empresas asturianas viven un florecimiento empujadas por la recuperación económica y por la llegada de un cliente joven y tecnológico que prefiere no perder mucho tiempo buceando en las web. Nacieron durante la crisis, de la mano de agentes desenganchados de las grandes cadenas

28 may 2017 . Actualizado a las 09:23 h.

«¡Vas a montar una agencia! ¿Estás loca? Si van a desaparecer con internet». El amigo que le hizo este comentario a Mónica Blanco, en el año 2011, cuando estaba abriendo la agencia independiente La Villa, en Avilés, no tiene mucho futuro como vidente. Seis años después de embarcarse en la aventura del autoempleo, no para de crecer y diversificar. La Villa es una de las 165 empresas asturianas con licencia para operar en el sector, que se suma a las grandes marcas o grupos verticales, que es como los denominan los profesionales. Este tipo de agencias crece en pleno 2017 espoleado por dos causas, la pérdida del miedo a gastar dinero en las vacaciones y la captura de un nuevo perfil de clientes: los millennials. Los jóvenes nativos tecnológicos no quieren perder el tiempo buceando en decenas de páginas web pero tampoco quieren paquetes cerrados. Así que la opción a la que recurren es a las empresas pequeñas, donde el trato es personalizado y les diseñan un viaje a la medida, a un precio asequible. «Tenemos más clientes jóvenes que la media», confirma Raquel Lago de Viajes Anakel, de Pola de Siero.

La mayoría de las agencias independientes se fundaron en plena crisis como alternativa de autoempleo de agentes con experiencia despedidos en las reconversiones de las grandes cadenas. Tanto las propietarias de Viajes Anakel como la de La Villa llevan más de 20 años cada una en el sector. Esa es la tónica general en las 50 empresas que integran Otava, la asociación de operadores turísticos y agencias de viajes de Asturias, que es el colectivo que aglutina a las oficinas que no están bajo el paraguas de grandes firmas o de mayoristas. Su presidente, Íñigo Fernández Ortiz, destaca que son empresas con libertad de acción, sin obligación de vender vuelos o productos específicos creados por nadie, competitivas en precios, con una amplia red de contactos y un trato personal que las hace más atractivas al cliente. Muchas de esas 50 empresas son generalistas pero ya las hay que comienzan a especializarse.

Abrir en plena crisis

«Abrimos en plena crisis, el 11 de abril de 2011, así que para nosotros todo ha sido crecer», explica Ana Navarro. Junto con su social Raquel Lago, montó una pequeña oficina en el centro de Pola de Siero. Ambas tenían experiencia en el sector y en la localidad, así que los primeros clientes fueron de su mano. «Era lanzarse a la piscina o el paro», dice Ana Navarro. Y eligieron el agua. El resultado es un éxito. El 80% repite siempre que viaja. «Somos agentes pero también somos un poco madres. Ya los conocemos a todos. A alguno hasta le decimos que nos llame cuando llegue, si no lo vemos muy claro», bromea pero sin exagerar. Cuentan anécdotas que confirman su papel, desde el chico que llegó para contrastar un precio de un hotel que había encontrado en internet y que le parecía demasiado barato -era una estafa- a aquellos que hasta les hacen la facturación del vuelo.

Su espíritu es en sí aventurero. Este año organizaron una boda completa en isla Mauricio de una novia de Cangas del Narcea. Se encargaron de todo, desde tramitar el permiso en el consulado a encargar el planchado del vestido el día antes. Fueron sus damas de honor a distancia y se conocieron en persona, por primera vez, a menos de una semana de la ceremonia. Viajes Anakel se ha inscrito como agencia en un portal especializado de bodas. Los clientes dicen qué quieren y piden presupuesto a diferentes operadores, que hacen una propuesta completa, con la actividad y el precio. «Nos encantó la idea, así que pusimos mucho interés», confiesan. Tanto es así que vieron el vestido antes que muchos invitados. 

Identidad propia

Se implican así cuando la otra parte responde. «Hay veces que nos piden cosas irrealizables, que ves que no tienen interés real. Un viaje de novios por 3.000 los dos a Japón, dos semana. Eso no es posible. O también vienen para que les organices el viaje y luego lo contratan por su cuenta», lamentan. Pero aún así todos los clientes son importantes. De preparar viajes de fin de curso para estudiantes de instituto han conseguido atraer a un montón de padres. De un grupo de chavales que viajaba por España desde adolescentes ha salido ahora otro viaje de novios. De un viaje de novios de Piedras Blancas ahora son referencia en esa localidad de Castrillón. «Tenemos una identidad personal. La gente cada vez confía más en las pequeñas agencias que, además, colaboramos y tejemos una red muy densa», explica Raquel Lago.

Tiene algunas desventajas. No todo es idílico. Se sabe cuando se entra pero nunca la hora de salida, que es flexible. A los últimos clientes no se les echa, a partir de las ocho. Vivir y trabajar en la misma localidad tiene luces y claros. «Lo más normal del mundo es que estés tomando una botella de sidra y alguien te venga a contar las vacaciones en las que está pensando, ya que ya pasará a verte», remata Ana Navarro.

Las chicas de Viajes Anakel conocen a Mónica Blanco, de La Villa. Tienen historias paralelas. Hasta el número de registro de sus empresas es consecutivo y las dos están en Otava. A Mónica Blanco el empujón tuvo que dárselo su marido. «Cuando me quedé sin trabajo, en casa, seguían llamándome clientes para pedirme consejo y yo los desviaba a gente de confianza. Así que me abrió los ojos. Me dijo que lo intentara. Si no tenía suficientes clientes, que era mi miedo, a tiempo estaba de dejarlo», cuenta mientras echa la vista atrás. Nada más lejos de lo que pasó. En la oficina también está su hermano y ahora que han diversificado el negocio están barajando la posibilidad de contratar a alguien más.

También traen turistas a Asturias

Han diversificado porque también se han convertido en receptores. Es decir, venden viajes a asturianos y venden el destino Asturias a los de fuera, traen grupos, preparan paquetes. Mónica Blanco está muy ilusionada. Reconoce que es un trabajo muy sacrificado pero está dando sus frutos. Es mayorita del destino Asturias porque cree que tiene muchas posibilidades y porque piensa «que está infravalorado». Aunque hace solo un año que abrió esta puerta, llevaba más de tres preparándolo y dándole vueltas. «Conocemos el destino como nadie, así que estamos preparados para decirle a una familia qué hacer con niños o dónde estas esas joyas menos conocidas que Oviedo, Gijón, Cangas de Onís o Llanes», explica. Mónica Blanco y su hermano Roberto ya han tenido de todo en este primer año como mayoristas. Han elaborado paquetes cerrados para grupos en agencias y otros a medida. Pone como ejemplo uno de agricultores que querían experiencias con empresas agroalimetarias y que visitaron desde queserías a lagares. También otro de operadores británicos.   

Esta parte es importante pero sin descuidar la oficina, la agencia. No todas las consultas son presenciales. Cualquier medio es válido. Por teléfono, por correo electrónico, incluso por whatsapp. Este tipo de negocios de trato personal tienen que ser flexibles. «Te llaman y te dicen, oye Mónica mírame algo para Málaga o dame algún consejo que este año no sé qué hacer. Les ayudas a organizar y también eres un respaldo. Tienen a quien llamar si pasa algo. ¿Con quién contactas ante cualquier eventualidad cuando reservas en internet?», se pregunta.

La conexión Otava

«Nosotros no tenemos que vender Santo Domingo porque no tenemos ningún avión que llenar o un hotel con baja ocupación», dice el presidente de Otava. Íñigo Fernández es un excelente vendedor de su sector. Afirma que conceden libertad al cliente, seguridad y precios competitivos. Se enfrenta por igual, de tú a tú, a internet y a las grandes cadenas. Asegura que tienen más ventajas que los dos. «Hasta Booking acaba de abrir un canal de reservas para las agencias pequeñas independientes. Eso es porque reconocen nuestra importancia», argumenta.

El colectivo al que representa va un paso más allá. Está integrada en una asociación nacional que es una red de apoyo. No solo defienden su posición dentro del mercado, también funciona como una red de asesoría en información entre ellos, cuando tienen que saber algo de otros destinos. Hay en ellos, tal y como reconocen todos los entrevistados por LA VOZ, cierto grado de militancia. Son pequeños e independientes pero venden mucho más que un viaje, una nueva forma de trabajar.