Víctimas de abusos bancarios demandan por daños a su salud

Manoli Sío Dopeso
m. sío dopeso REDACCIÓN / LA VOZ

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MARCOS MÍGUEZ

Piden acogerse a la ley que evalúa a los accidentados de tráfico

27 may 2017 . Actualizado a las 09:55 h.

Hace un año, un hombre de 82 años entró en una sucursal bancaria de Vigo armado con un cuchillo y dispuesto a todo para no perder su vivienda. A la semana siguiente, se lanzó con su vehículo al mar y falleció, víctima de una presión emocional extrema.

Es un caso excepcional, pero el deterioro físico y mental que han sufrido miles de afectados por abusos bancarios, desde las participaciones preferentes a las cláusulas abusivas, es un hecho probado ya a nivel científico y médico que comienza a llegar a los tribunales españoles (Madrid y Andalucía) en forma de demandas judiciales contra los bancos por daños a la salud.

Hay muchos damnificados, pero, según explica el abogado José Manuel Espinosa, «volver a la batalla judicial es un camino que no muchas de las víctimas de abusos bancarios están dispuestas a volver a emprender, al menos hasta saber el recorrido de la reclamación, ya que hay demandas, pero no sentencias firmes».

¿Cuál es la cuantía a reclamar por daños morales y psicológicos? El letrado reconoce que no es un cálculo fácil, ya que no hay legislación para valorar las indemnizaciones, «pero sí es posible argumentar una analogía con una normativa que puede servir para plantear la reclamación, como es la Ley 35/2015 de valoración de los daños y perjuicios causados a las personas en accidentes de circulación», asegura.

Científicamente probado

El abogado advierte que demandar tiene sus riesgos. Si un juez no aceptara la cantidad económica que el afectado reclama a la entidad bancaria por daños morales, psicológicos o emocionales, el cliente se vería obligado a pagar la totalidad de las costas judiciales del proceso, «algo que podría pasar factura aún mayor a su salud», reconoce.

Una de las argumentaciones de la que están echando mano los abogados es un estudio piloto realizado por investigadores de la Universidad de Montreal, la Universidad Autónoma de Madrid y la Universidad Carlos III. El trabajo se realizó durante los años 2015 y 2016 sobre una muestra de 188 casos de personas afectadas por abusos bancarios residentes principalmente en Madrid y León, pero también en otras comunidades como Extremadura y Galicia.

En las conclusiones se sugiere que «deberían investigarse los mecanismos por los que los fraudes financieros causan daños a la salud». Los autores proponen que, si los resultados se confirman, «debe proveerse asistencia psicológica y médica, además de las compensaciones económicas».

María Victoria Zunzunegui, una de las principales impulsoras de esta investigación, manifiesta que el trabajo demuestra que los fraudes bancarios son un factor de riesgo para la salud de la población. «Lo que vemos es que las personas que han sufrido estos fraudes tienen peor salud, están más enfermas, que la media de la población española de la misma edad».