Atuneros españoles, primeros del mundo en certificar que su pesca es responsable

e. abuín REDACCIÓN / LA VOZ

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MARTINA MISER

El 80 % certifican que está controlada, realizan buenas prácticas y pagan a sus tripulantes

21 jul 2017 . Actualizado a las 08:09 h.

Los túnidos tropicales que captura el grueso de la flota española proceden de una actividad pesquera responsable, segura y sostenible. Así lo acreditan los certificados de conformidad Aenor Atún de Pesca Responsable (APR) que ayer entregó la ministra de Pesca, Isabel García Tejerina, a los representantes de siete compañías españolas que han demostrado que cumplen los requisitos de la norma española UNE 195006. Son, junto al de la vasco-gallega Pevasa -que ya tenía desde hacía días la acreditación en su poder-, los primeros documentos que se expiden en el mundo, después de que hace justo un año se publicase la norma impulsada por Opagac (Organización de Productores Asociados de Grandes Atuneros).

Así es que las 39 embarcaciones que suman Conservas Garavilla, Grupo Calvo, Ugavi de Túnidos, Albacora, Compañía Europea de Túnidos, Nicra 7 y Sant Yago Tuna Fisheries, junto a las seis de Pevasa, descargan Atún de Pesca Responsable. Eso supone que el 80 % de la flota controlada por armadores españoles -aunque 28 tienen pabellón de un tercer país- extrae túnidos mediante las mejores prácticas que existen y que superan con creces los requisitos legales mínimos que se exigen a esta actividad.

Y es que la norma Aenor va más allá de garantizar la sostenibilidad biológica de la pesquería que explotan, dado que es la única del mundo que garantiza que la flota cumple las mejores prácticas en la triple vertiente socioeconómica, de control y medioambiental. 

Marítima

Sin esclavitud a bordo

De esta manera, que lleve el sello Atún de Pesca Responsable significa que su actividad pesquera está controlada, puesto que llevan observadores -físicos o electrónicos- a bordo y, además, cuentan con VMS homologado (Sistema de Localización de Buques); que toman medidas para evitar capturas accesorias, como el uso de objetos (dispositivos de agregación de peces o FAD, por sus siglas en inglés) no enmallantes; y que no hay esclavitud a bordo. 

Todo lo contrario, el distintivo acredita que las condiciones de los 1.600 tripulantes de esos atuneros -muchos de ellos gallegos- están en línea con los requisitos que marca el convenio 188 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y, por tanto, cobran un salario mínimo, tienen horas de descanso, buena habitabilidad en el barco, disponen de atención médica, reciben formación sobre prevención de riesgos laborales y están asegurados. Por muy básico que esto parezca, no lo es en el caso de algunas flotas sobre las que recaen denuncias de esclavismo y de explotación infantil. Y, a diferencia de otros distintivos, la norma APR es la única que garantiza el cumplimiento de los estándares sociales.

Por todo eso, los armadores de Opagac esperan que este certificado marque a nivel europeo los estándares para a las importaciones de atún. Tejerina aplaudió la iniciativa de los atuneros, que «han entendido la importancia de aplicar medidas que den mayor valor añadido a su actividad». Y desde Opagac, su gerente, Julio Morón, destacó que se han convertido en abanderados de la sostenibilidad y la responsabilidad, «diferenciando sus capturas para que tanto la distribución como los consumidores puedan a través de sus acciones de compra contribuir a este compromiso compartido».