Hacienda pone ahora el foco en el fraude fiscal del alcohol y reforzará su control

Ana Balseiro
ana balseiro MADRID / LA VOZ

ACTUALIDAD

Oscar Vázquez

Prepara un nuevo sistema de precintos con códigos QR que revelará hasta el destino de la botella a cada local

10 ago 2017 . Actualizado a las 07:40 h.

La Agencia Tributaria está firmemente empeñada en taponar cualquier vía de agua por la que pueda colarse el fraude. Ya sean alquileres sin declarar o facturación oculta de servicios, el fisco utiliza los avances tecnológicos para ganarle la guerra a la evasión. Y ahora ha puesto sus ojos en las bebidas alcohólicas. Hacienda ha detectado la existencia de marcas fiscales falsificadas -las precintas numeradas que llevan las botellas de licores y destilados- y su reutilización ilegal, tras ser retiradas de los envases a los que inicialmente fueron adheridas. Es decir, se falsifica ese timbrado.

Por ello, aprovechando el uso de las nuevas tecnologías, la AEAT está trabajando en la modificación del reglamento de los impuestos especiales, que incorporará mejoras en la gestión y el control de los tributos especiales de fabricación, que afectan, entre otros, a las marcas fiscales para las bebidas derivadas (aguardientes y todo tipo de licores). 

Extremar la seguridad

Aunque los cambios no entrarán en vigor antes de enero del 2019, ya se están dando los primeros pasos en su diseño, y según fuentes de Hacienda, el nuevo sistema incorpora a las marcas fiscales, además del código de identificación visible -una numeración-, también otro de seguridad de barras o código QR, capaz de almacenar datos sobre la trazabilidad del producto, es decir, que identificará desde el establecimiento al que se entregan las precintas y su titular, hasta la fecha de entrega por parte de la administración y el lugar y la fecha en que se adhieren a los envases.

Con la incorporación del citado código QR, será el fabricante o el importador quien, en el momento de comercializar la botella, solicite a la Administración -por medios telemáticos- su activación. Esto garantizará la trazabilidad del producto, reduciendo al mínimo el riesgo de fraude fiscal.

En la actualidad, los precintos se rigen en el reglamento de los impuestos especiales, que exige que dichas marcas fiscales se adhieran a los envases que contengan bebidas derivadas y a los cigarrillos. Su colocación se realiza en el momento en que los productos se ponen a la venta en el país y se trata de unos documentos timbrados y numerados, confeccionador por la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre.

En concreto, los precintos para el alcohol son de colores diferentes, en función de la capacidad de los envases a los que van pegadas, y llevan un número de serie que las individualiza.

La AEAT explicó que son los fabricantes de las bebidas, así como los titulares de depósitos fiscales y los importadores los que piden las marcas fiscales que necesitan a la oficina gestora de impuestos especiales o a la aduana, en caso de importación.

Sin impacto en la hostelería

El fisco subraya que los cambios que planean no tendrán impacto alguno en la hostelería, ya que serán los fabricantes y los importadores -los que gestionan el precintaje del alcohol- los que deberán modificar la tecnología utilizada para adherir las nuevas marcas, así como el desarrollo informático preciso para la activación de los códigos de seguridad.

Este último aspecto preocupa al sector, que considera inasumible la inversión que los cambios técnicos requerirán. Fuentes de la hostelería, con todo, aseguran que están «colaborando» con Hacienda, ya que son los primeros interesados en tener un precintaje «robusto» que dificulte la falsificación.

Una nueva vía de fiscalización instantánea que se suma a la del IVA en tiempo real

La instalación de este nuevo etiquetado en las bebidas es otro de los avances de Hacienda para controlar cualquier foco de fraude casi de forma instantánea. Ha habido más de cara al mayor control de Hacienda sobre la facturación de las empresas. El último, la entrada en funcionamiento del nuevo sistema de gestión del IVA en tiempo real, bautizado como SII (suministro inmediato de información). Pese a las peticiones para que se aplazara seis meses su entrada en vigor, el SII comenzó a funcionar el 1 de julio, según lo previsto.

Están obligadas a usar esta fórmula las sociedades que facturen más de seis millones de euros al año, así como los grupos de IVA y las acogidas al régimen de devolución mensual (Redeme). Durante este primer semestre, las empresas tienen que enviar al fisco las facturas emitidas y recibidas en un plazo máximo de 8 días, que se reducirá a la mitad a partir de enero.

Aunque la AEAT no avanzará hasta septiembre cifras sobre el arranque del nuevo sistema, fuentes tributarias confirmaron que están «gratamente sorprendidos del grado y la calidad del proceso de incorporación al SII mostrado por las empresas». Desde la Confederación de Empresarios de Galicia apuntan que los principales problemas detectados están relacionados con errores en el envío de ficheros, «fundamentalmente por problemas iniciales de configuración de los sistemas». Para detectar «otro tipo de incidencias más graves habrá que esperar a que concluya el período de liquidación, el 30 de agosto», añaden.