¿Existe turismofobia en Oviedo?

Roberto Rodríguez OVIEDO

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Tomás Mugueta

Los ovetenses encuestados por La Voz coinciden en que Asturias trata bien a los viajeros pero muchos comprenden que donde hay masificación sea diferente

18 ago 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

La polémica sobre la turismofobia que está brotando principalmente en el oriente del país no pasa de largo por Asturias, especialmente después de las pintadas aparecidas en algunas calles de la ciudad de Oviedo con lemas como «Tourist, go home» o «Hipsters y turismo, nueva forma de terrorismo». Tener menos espacio por la calle, la suciedad y el llamado turismo de borracheras son algunas de las causas que alegan los contrarios a los visitantes. Sin embargo, no todos se toman la llegada de los turistas con hostilidad, y muchos ovetenses se muestran encantados del repunte que ha sufrido el sector en los últimos años y el beneficio económico que eso puede traer a la ciudad.

De esa opinión es Laura Pérez, veterana ovetense, que califica a Oviedo como «una ciudad propicia para el turismo», aunque admite que «no creo que aquí nunca lleguemos a la situación de Barcelona, donde tienen más sentido las protestas». Pérez reconoce que provoca «una subida en el nivel de vida y también de los precios», pero concluye que Oviedo «no es una ciudad turismofóbica, lo que pasa que hay mucha gente desocupada que protesta, quizás lícitamente». Y recalca que «los asturianos somos muy pacíficos y amables, es lo que destacan todos los turistas».

Lo mismo piensa Guillermo García, que afirma que «ojalá sigan viniendo y dejando dinero en la ciudad». Es una opinión compartida por muchos, que anteponen el beneficio que sufre la economía a las posibles molestias que pueda crear la gente de fuera. Ana Gutiérrez matiza que «es beneficioso siempre y cuando desde las instituciones se organice y programe todo lo que pueda venir, para tratar bien a los turistas y conservar el entorno». A Gutiérrez le preocupa que no se mantenga la conservación de Asturias, tanto en la costa como en el interior, aunque cree que «el turismo que viene a Asturias viene a disfrutar de la naturaleza y comer bien, en general no hay turismo de borrachera». Sobre la turismofobia en cambio Gutiérrez comenta que «en esta ciudad se trata bien a los turistas. El número de visitantes está aumentando mucho pero la gente lo está asumiendo con naturalidad. Lo aceptamos bien».

Pero también hay gente que se muestra muy contraria al turismo. Es el caso de Eladio Martínez, ovetense que nos cuenta su mala experiencia en Palma de Mallorca. Martínez cuenta que «en Asturias el turismo es beneficioso, pero en otros ciudad no». Cree que su opinión es impopular, y por ello prefiere morderse la lengua en ocasiones, pero añade que «en Oviedo beneficia solo a ciertos hosteleros, no a todo el mundo. En las afueras no van muchos turistas a consumir que digamos…». Sin embargo, él cree que en Asturias no existe la turismofobia y comenta que «no creo que nadie se haya marchado de aquí porque se le haya tratado mal, en otras ciudades no digo nada, porque razones tienen para protestar».

Elena Álvarez, una chica joven a quien acompaña su hija, cree que «el turismo es beneficioso para todos los sectores, mueve dinero. Yo estoy totalmente a favor». Sin embargo, entiende que «con lo que se ve en sitios como Barcelona o Magaluf los vecinos estén disconformes», y añade que son los dirigentes quienes deben controlar esto. Álvarez además opina que «en unos años Asturias será uno de los destinos turísticos primordiales, por el tiempo, y podría haber turismofobia. Pero ahora mismo no». De mismo apellido, Miguel Álvarez también comparte la opinión de la anterior asturiana encuestada, y afirma que «ahora que la industria asturiana no está demasiado boyante es el turismo lo que debe tirar de nosotros».

Otra ovetense, María José García, se ofrece directamente a hablar sobre el tema y nos cuenta su experiencia: «Vengo de Madrid y no se puede caminar por la calle. El turismo es beneficioso siempre y cuando no se masifique». Además García explica que «los alquileres de los pisos se disparan, la gente que vive allí no puede permitirse los precios. Es inaceptable». Para ella en cambio «aquí no hay demasiado turismo. Es una cosa razonable que apenas se nota». Juan Mon, en cambio, muestra una idea radicalmente diferente. Para Mon «el turismo es beneficioso, siempre. La turismofobia no es más que postureo barato. En Oviedo hacen falta más turistas». Pese a todo, opina que «en Oviedo no hay turismofobia, a pesar de las pintadas que han aparecido».