Las dudas sobre el futuro de Tenneco acentúan la tensión entre sus trabajadores

Luis Fernández
Luis Fernández REDACCIÓN

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Barricada de trabajadores de Tenneco en Gijón
Barricada de trabajadores de Tenneco en Gijón

Miembros de la CSI cortan la carretera con neumáticos para exigir el cumplimiento de los acuerdos mientras que el resto de sindicatos se desmarcan de las protestas

27 sep 2017 . Actualizado a las 14:26 h.

Nuevo capítulo en la división interna que viven los trabajadores de Vauste, la antigua Tenneco. Miembros de la Corriente Sindical de Izquierdas (CSI) han cortado esta mañana el tráfico en la Avenida de Pumarín, en Gijón, con una barricada de neumáticos en un acto con el que quieren denunciar el incumplimiento por parte de la empresa de los acuerdos alcanzados en el momento de la venta. Esta acción ha tenido una rápida respuesta por parte del resto de sindicatos con representación en el comité -UGT-CCOO y USO-, que suman mayoría, y que critican la forma de actuar de la CSI.

Nacho Fuster, secretario general de la CSI, explica que la protesta se debe a «los incumplimientos de Quantum Capital (propietaria de Vauste)». Según el sindicato, a 30 de septiembre, la empresa no ha reclutado al personal de I+D y ventas, no ha impartido formación al personal sobre la maquinaria que iba a dar viabilidad a la empresa, no ha instalado la primera línea de producción de inyección de magnesio y no ha presentado los prototipos y testados de los nuevos productos. Es más, asegura que a día de hoy, «las únicas inversiones versan en los paneles con el nombre de la empresa en la fachada, en pintar una parte de la planta, la bandera de Alemania que luce uno de los mástiles sobre la entrada de las oficinas y el felpudo de la emtrada a las oficinas con el logo de Vauste».

Barricada de trabajadores de Tenneco en Gijón
Barricada de trabajadores de Tenneco en Gijón

Estos incumplimientos hacen que la CSI tema «un cierre encubierto», y por eso han decidido iniciar las protestas. Fuster recuerda que el compromiso de venta incluía un acuerdo de mantenimiento de trabajo de 3 años o la fabricación de 1,8 millones de amortiguadores. El primer año la cifra fue de 600.000 y, previsiblemente, este año se superarán, por lo que el sindicalista teme que se llegue a esa cifra antes de que se cumplan los tres años. Por todo ello, quieren dar a conocer la situación que, a su juicio, vive la empresa «antes de que no quede tiempo para actuar».

La réplica de la mayoría del comité

La visión de Fuster poco tiene que ver con la de la mayoría del comité de empresa. UGT, CCOO y USO, que suman 7 de los 9 delegados, han firmado un documento conjunto en el que se desmarcan de las protestas. «Esa forma de actuar nunca fue la seguida por los trabajadores en épocas pasadas», han recordado.

Los sindicatos han explicado que la asamblea de trabajadores decidió en votación de 79 votos y 1 en blanco que a día de hoy no se realizarían movilización en pro del calendario marcado por la compañía de la implantación del plan industrial y que ante la visita de potenciales clientes donde deberían todos poner de su parte, casualmente días antes siempre se producen altercados de forma anónima que puede perjudicar el futuro de todos. La CSI ha recordado que ellos han denunciado la modificación de los estatutos y que por ello no reconocen la legitimidad de esa asamblea. Además, han recordado que la CSI tiene 35 afiliados que hubieran votado a favor de las protestas.

Los sindicatos mayoritarios afirman además que ya en mayo la CSI convocó una huelga en la empresa que tuvo que desconvocar, porque en el SASEC quedó demostrado que no tenían legitimidad para negociar lo solicitado y porque el seguimiento no hubiera sobrepasado el 12%. «Todas estas maniobras las vemos más con un tinte político y no sindical, de quien con la excusa de luchar por todos solo lo está haciendo por sus intereses personales o de las siglas que representa», lamentan desde USO-UGT-CCOO.

Añaden que los tres sindicatos consideran que la única forma de hacer bien las cosas es desde la asamblea de trabajadores, que es como siempre se ha hecho, «sin protagonismos y con la cordura que siempre les caracterizó, midiendo los actos y manejando los tiempos. Algo que incluye saber esperar y dar a la empresa la oportunidad de cumplir lo pactado».