Las líneas rojas de la negociación entre el SOMA y el metal

Luis Fernández
Luis Fernández REDACCIÓN

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Jenaro Martínez, secretario general de MCA, y José Luis Alperi, secretario general del SOMA
Jenaro Martínez, secretario general de MCA, y José Luis Alperi, secretario general del SOMA

Las posiciones siguen enquistadas a escasas horas de que comience el congreso para su fusión. El sindicato minero pide la mediación de Pepe Álvarez y MCA sigue preparando el cónclave

09 nov 2017 . Actualizado a las 17:57 h.

La cuerda está a punto de romperse. El plazo para alcanzar un acuerdo se agota y a pocas horas para que comience el congreso que debe unir al SOMA-FITAG con MCA en una única federación, el pacto parece imposible. Las dos partes juegan sus bazas y el sindicato minero ha lanzado un órdago. O media el secretario general confederal, el asturiano Pepe Álvarez, o romperán su histórica relación con UGT. A pesar de la amenaza y de que los mineros aseguran que no asistirán al cónclave, desde la ejecutiva estatal afirman que el congreso sigue en pie. Existen varios puntos de desencuentro y entre ellos varias líneas rojas en las que las partes implicadas no están dispuestas a ceder.

La principal discrepancia, y en la que parece más complicado llegar a un acuerdo, es la elección del secretario general de la nueva federación regional. MCA sostiene que el próximo líder debe ser Jenaro Martínez, actual secretario general de la federación. El metal basa su argumentación en que poseen el 58% de los delegados que asistirán al congreso y que son superiores en afiliación. Por tanto, consideran que no debería existir discusión sobre ese punto y no están dispuestos a ceder. 

Por su parte, el SOMA lamenta que en todos los procesos de fusión celebrados en España el nuevo secretario general proceda de MCA y creen que no debe ser así. La federación minera propone a José Luis Alperi, su actual líder, y en la asamblea extraordinaria en la que explicó la situación a sus delegados aseguró que no están dispuestos a que «esto sea una absorción y no una fusión». La solución podría pasar por negociar el resto de puestos de la ejecutiva en proporción al peso de cada uno, pero al no existir acuerdo en la figura del secretario general, tampoco lo hay en el resto de cargos.

Otro de los grandes puntos de fricción es el nombre de la nueva federación. En el resto de congresos celebrados en España, se optó por el de UGT-FICA (Federación de Industria, Construcción y Agro). En Asturias existe la particularidad del SOMA (Sindicato Obrero Minero de Asturias), y desde el principio del proceso de unión todas las partes manifestaron su voluntad de respetar la tradición y valor de las siglas. A pesar de esa supuesta predisposición, en ese punto tampoco han llegado a acordar nada.

Resto de discrepancias

Los dos principales obstáculos para el acuerdo son esos, aunque hay más. Por ejemplo, la ubicación de la sede de la federación. El SOMA pretende que se establezca en Sama, mientras que MCA defiende que siga donde está, en el cuartel general de UGT en Asturias, en Oviedo. En caso de que se desbloquee la situación, también tendrían que pactar el resto de cargos de la ejecutiva de la federación y las retribuciones de los directivos además de buscar encaje al patrimonio que tiene el SOMA.

Todavía queda un estrecho margen para desbloquear la situación, para lo que sería clave el papel del asturiano Pepe Álvarez, secretario general de UGT en Asturias. Mientras tanto, el SOMA sigue presionando y el secretario de organización, José Luis Fernández Roces, ha publicado en sus redes sociales un artículo de la resolución confederal sobre las fusiones para defender la postura de su formación. «La fusión de federaciones debe basarse en la voluntariedad y el consenso. La imposición no es un método adecuado para gestionar un proceso que necesita de grandes dosis de persuasión, convencimiento y, sobre todo, del tiempo necesario para actuar ordenadamente y conseguir llevar a buen puerto la fusión a todos los niveles de las organizaciones que se fusionan. No respetar estas pautas de comportamiento puede conducir al fracaso de la fusión y a la pérdida de afiliados y cuadros del sindicato», recuerda Roces.

MCA sigue con el proceso

Mientras que el SOMA tensa la cuerda, MCA sigue dando pasos para consumar la unión. El pasado martes celebró un congreso extraordinario para elegir a los delegados para acudir al cónclave constituyente. La lista fue aprobada con el 100% de los votos, por lo que han cerrado filas en torno a su líder, Jenaro Martínez.

Por su parte, la ejecutiva federal ha confirmado que el congreso se celebrará mañana. En principio, estaba prevista la participación de 140 delegados -82 de MCA y 58 de SOMA-FITAG-, aunque los mineros han anunciado que no asistirán. Para que el congreso constituyente sea válido es necesaria la presencia del 51% de los delegados. Ese porcentaje se superará con el 58% del metal.