Arcelor podría conectar Madrid y Nueva York con sus raíles

Noelia Rodríguez REDACCIÓN

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Carril de tren de Arcelor, en Veriña.Carril de tren de Arcelor, en Veriña
Carril de tren de Arcelor, en Veriña

La acería protencia su producción para el año que viene. Gijón tiene previsto alcanzar las 330.000 toneladas y estrena un pionero formato de 108 metros que ya está en las vías de Francia

05 dic 2017 . Actualizado a las 18:00 h.

Si pusiésemos uno tras otro todos los carriles de tren que producirá el año que viene ArcelorMittal en Asturias nos daría para conectar Madrid con Nueva York, y aún sobraría algo. La empresa tiene previsto hacer 330.000 toneladas o, lo que es lo mismo, 5.500 kilómetros de vías que se colocarán por medio mundo. La idea es alcanzar las 400.000 toneladas en un par de años. Los augurios son buenos, puesto que según sus cálculos el consumo de acero en 2018 crecerá entre un 2,5 y un 3%. Para hacer frente a esta recuperación económica la multinacional del acero estrena un nuevo modelo de carril de vía, uno que alcanza los 108 metros de largo y que le pondrá a la cabeza de la innovación. Cuanto más largo, menos soldaduras tendrán que hacerse al colocarlo y, por lo tanto, resultará más cómodo para el viajero y menos ruidoso para el entorno. En octubre ya produjo las primeras unidades, que se están instalando en las vías del tren de Francia. En España prevén que ADIF no tarde mucho en incluir en sus licitaciones este formato, casi el doble que el que se hace hasta ahora de manera convencional.

El carril de 108 metros es el producto estrella de las instalaciones que ArcelorMittal tiene en Gijón y el que ha supuesto toda una serie de inversiones en sus instalaciones a fin de dar cabida a las grandes piezas que únicamente pueden salir de la factoría en tren, dadas sus espectaculares dimensiones. De ahí que el mercado al que se dirige sea el europeo, exceptuando las islas británicas, ante la imposibilidad de movilizar por barco este tipo de producción. La producción en el tren de carril pasa por cuatro fases diferenciadas y en que se aplica tecnología alemana, alguna de la cual ha sido renovada también recientemente. La combustión del acero puede alcanzar los 1.200 grados, temperatura que se va reduciendo según va pasando procesos. Se hace mediante laminación universal, lo que permite que la deformación a la que hay que someter la pieza resulte más eficiente y también más constante, lo que favorece la posterior soldadura en la vía. También cuenta con una inspección que desde la multinacional definen como puntera y al final un mantenimiento que resulta más económico. «La planta de Veriña hace un carril muy reconocido y con el de 108 metros mejorará aún más, somos los únicos que podemos hacerlo en cabeza endurecida», según Javier Álvarez-Linera Prado, el CEO de Productos Largos de ArcelorMittal Asturias. Dicha modalidad aún no han empezado a hacerla, pero ya lo planean.

Carril de tren de Arcelor, en Veriña.Carril de tren de Arcelor, en Veriña
Carril de tren de Arcelor, en Veriña

De seis meses a dos semanas en el laboratorio

Llegar hasta ello ha supuesto un proceso en que se han invertido dos años y en que ha participado activamente el centro de I+D que tiene en Avilés. Allí es donde realizan numerosas pruebas a fin de determinar cómo será el proceso de producción de los productos que acaban por comercializar. Lo hacen replicando las mismas condiciones que tendrían en la factoría. Esto les permite aprovechar un ahorro de costes y tiempo. El económico no trasciende, pero el otro sí se puede hacer público. Si de media realizan 30 ensayos de una pieza, en el laboratorio asturiano lo hacen en una o dos semanas. De probarlo en la planta les llevaría medio año, puesto que además de los prueba-error que se hagan hay que esperar a que haya una parada. «En el laboratorio hacemos el proceso real y a escala», explican en Avilés. De ahí que este trabajo previo acabe suponiendo un ahorro, porque se reducen también las pruebas a hacer in situ. Así se han instrumentalizado más de 15 tipos de carril que luego se han aplicado tanto en la planta de Gijón como en las otras cuatro de tren de carril que tiene ArcelorMittal repartidas por Europa y Estados Unidos.

En el centro de I+D investigan para encontrar raíles menos ruidosos, que no se corroan o que sean resistentes ante determinadas circunstancias, conscientes de que cada uno de esos carriles puede tener una vida de entre 20 y 40 años -menos en caso de que sean en curva por la presión que recibe. Tratan de ofrecer diversas alternativas a fin de cubrir las necesidades de sus clientes, entre los que hay empresas ferroviarias, de tranvía y de metro y cada una necesita acabados diferentes. Recientemente ArcelorMittal ha sacado la app rail tool a modo de gran catálogo en que los prescriptores pueden consultar los modelos y normativas aplicables a cada país y escoger la que se ajusta a sus necesidades.